Madre de tres nenas quiere vencer al cáncer: "No tengo miedo a seguir luchando”

La historia conmovedora de la mujer que tocó la campana de la esperanza en el hospital de Gualeguaychú y que se está recuperando de un cáncer. “Mi miedo era cómo decirles que mamá no se iba a morir, que mamá la iba a remar”, recordó.

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Este lunes, Daiana Viera terminó sus sesiones de quimioterapia en el Hospital Centenario de Gualeguaychú, y fue la primera paciente en tocar la campana de la esperanza tras una enorme lucha y esfuerzo para tratarse el cáncer.

Hace unos días se instaló esa campaña en la puerta del servicio de Oncología por idea de un familiar de un enfermero, y la madre de 36 años la estrenó al culminar con su tratamiento luego de que le diagnosticaran la enfermedad en octubre de 2022.

“El lunes fue un día muy importante porque toqué la campana, porque terminé mi tratamiento de quimioterapia después de 15 meses de la lucha contra el cáncer por lo que estrené esa campana de la esperanza que está ahí gracias al papá de Miguel, que es nuestro enfermero de Oncología del Hospital y tuvo ese gesto hacia nosotros cuando la donó junto con una frase hermosa que está a la entrada del sector de Oncología en el Bicentenario. No se había tocado nunca y yo tuve la dicha y la bendición de ser la primera en tocarla, así que más que feliz”.

Daiana se define de manera simple y precisa: “Soy esto, lo que ven, lo que escuchan, una persona simple y agradecida. Recién le contaba al papá de mi nena que he sanado tanto con la gente y todo esto que me está pasando es una bendición, puedo decir que estoy tan aliviada”.

Enseguida reflexionó que “estoy tan feliz, se me ha ido el miedo al no poder, el miedo a decir “¿lo podré lograr?”. Y como todo pasa, esto también pasó. Tantas veces miré esos videos de personas que no conozco y que atravesaban la lucha contra el cáncer, tocaban una campana y decían estoy de alta. Hoy me pasó a mí, no puedo creer que haya pasado por todo eso. Toqué la campana y siento felicidad, estoy feliz y no tengo miedo a seguir luchando porque esto no termina. No termina acá porque terminé la quimio, pero todavía no sabemos si la enfermedad avanza o no. Pero yo, si la enfermedad está, sé que tengo la fuerza y la fe suficiente para seguirla luchando. Y si no está, también esto es un largo camino”.

Para lo que podría venir en su tratamiento, Viera cuenta que “lo próximo que sería la operación de reconexión. Hoy, estoy como mucho más preparada a lo que era las primeras veces que iba al hospital con el miedo a lo desconocido y con mucha incertidumbre. Aquí estoy, con fortaleza y fuerza para encarar la vida de otra manera. Para mí es una bendición”, se emocionó la joven de 36 años y madre de “mis tres nenas: Juana de 12, Ángela de 6 y Amelia de 2 años”.

En octubre de 2022, con esa mochila del diagnóstico, Daiana tuvo que transitar la enfermedad y hablar con sus hijas: “cuando me diagnosticaron que tenía cáncer, me choqué con la muerte. Yo era una persona sana que andaba por la vida sin ir nunca a un médico, pero sí me hacía los chequeos de los embarazos y esas cosas. Antes de contarles, preparé a mis hijas, mi miedo era cómo decirles que mamá no se iba a morir, que mamá la iba a remar todo lo que fuese necesario. Pero yo tenía el miedo de morirme. Entonces un día, me aferré a Dios porque soy creyente. Fui a la misa, a la iglesia, a las misas de sanación, y seguramente por Dios, en un momento, me di cuenta de que yo iba a poder salir adelante y, entonces, les pude decir a ellas que tenía esta enfermedad, pero que no se preocuparan, que iba a salir adelante y todo iba a estar bien”.

Esa meta “me la puse en la cabeza y fueron pasando los días y los meses, y ellas vieron también la fortaleza y la fuerza de su mamá. Al principio tenés que ponerte en primera persona, y eso es tan difícil hoy en día, porque ya no importa el acto de tu hija, los cumpleaños, no importa nada. Mamá se tiene que ir a operar, o se tiene que ir a la quimio, y dice, no importa más nada, te importa solamente vos. Cuando estás enchufada al suero durante seis horas, solamente importás vos, es re difícil. Pero lo pude atravesar”.

“Son seis horas donde te pasan un montón de cosas, porque sentís tu cuerpo, te están pasando una quimio que no es nada fácil pero, por otro lado, sentís un placer enorme estar en ese sillón, esperando y atravesándolo junto al equipo de Onco", relató al portal R2820.

Entonces enumera a cada uno de los integrantes del sector: "Desde ya los enfermeros, Miguel y Soledad, son dos personas que me encantaría que toda la gente los conozca para que sientan lo que uno siente, porque son un par, un compañero, un amigo, tu mejor amigo, tu hermano. Siempre con chistes porque a veces se pone medio “heavy” la cosa ahí, y luego Celeste Remoliff, que es tu psicóloga, y te acompaña todo el tiempo que vos quieras y se pone a predisposición tuya. Cuando estás terminando la quimio, aparece Guille, que es nuestra nutricionista, y te explica qué puede pasar, qué podés comer y qué no. También está el doctor Franco Ramelo, las chicas de Servicio y las que limpian, el doctor Agustín Greco que es oculista y Asencio Altuna que junto con Jessica Cepeda Parga y Juan Boari me hicieron el traslado: todos están preparados para recibirnos en Oncología del Hospital”.

Finalmente, con los ojos llenos de lágrimas, Daiana expresó que en estos “treinta y picos he pasado un montón de cosas, de obstáculos, pero hoy me siento súper fortalecida, súper agradecida. Quiero agradecer el levantarme y acostarme con una sonrisa. Cuando miro el video de cómo hago sonar la campana, me emociono una y otra vez. Que haya personas que te dicen “me plantaste un lagrimón, me diste una palabra de aliento, me diste esperanza”, es muy fuerte. Es como ser un puente con aquella persona que se siente sola o mal porque está atravesando esta enfermedad, que necesita de vos. Hoy soy yo la cara visible, pero detrás mío hay tanta gente que sufre, tanta gente, que lo importante es que pueda llegar a ayudar a otro, con eso estoy súper agradecida, fortalecida, y creo que esto no termina acá, mi misión, será ayudar a otros que estén pasando por el cáncer”.

Fuente y fotos: R2820

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