“Nuestros dos hijos con síndrome de Down son la ALEGRÍA de nuestras VIDAS”

“Tienen que saber que sus hijos podrán ser gente que tenga una vida normal y que lo conseguirán con ayuda y con ganas", dijeron los padres de Mariana y Jaime.

Sebastian MestreSebastian Mestre
Adopción adoptó  down
Adopción adoptó down

Mariana y José Luis son padres de Mariana y Jaime, de dos años y ocho meses de edad, y los dos tienen síndrome de Down; sin embargo sus progenitores aseguran que son tremendamente felices y que la vida es “vencerse ante lo que crees que es una adversidad y ser felices en ello. Y estos niños son felices y también son la alegría de nuestra vida”.

Ambos se casaron hace cinco años con la ilusión de formar una familia. A los tres años de su boda nació su primera hija a la que llamaron como su madre, Mariana. Tan solo habían pasado algunas horas cuando la pediatra les comunicó que su pequeña tenía síndrome de Down.

 
José Luis, su padre, explica ese momento con claridad. “Si tener un hijo da vértigo a cualquier padre primerizo, todavía es mayor ese shock si te dicen que tiene síndrome de Down”, aseguró a ACI Prensa.

La pediatra le explicó que la recién nacida debía quedarse ingresada algunos días ya que el síndrome de Down puede conllevar algunas enfermedades relacionadas. “Por eso yo sólo quería que mi hija estuviera sana y llevármela a casa. Lo del síndrome de Down quedó en un segundo plano”, recuerda José Luis.

 
Durante este segundo embarazo, teniendo síndrome de Down su primera hija, todos los médicos le aconsejaron a Mariana que se hiciera “20 mil pruebas diagnósticas para saber si tendría o no síndrome de Down. Sin embargo, Jaime no tenía ningún indicador de padecerlo, así que lo descartamos porque no sentíamos esa necesidad de hacerlo. Teníamos claro que íbamos a acoger a nuestro hijo fuera como fuera con toda la ilusión”.

El 9 de julio de 2018 nació Jaime y, según recuerda Mariana, “al cogerlo en brazos supe que él también tenía síndrome de Down”.

Entonces el miedo que habían pasado con Mariana ya no era tal con Jaime, porque sabían en qué consistía el síndrome de Down, “no teníamos tanta ignorancia, no estaba tan preocupada por cómo sería su vida y la nuestra, pero esto no deja de ser un nuevo reto, y al final la vida son retos y vencerse ante lo que crees que es una adversidad y ser felices en ello. Y estos niños son felices y también son la alegría de nuestra vida”.

“Tienen que saber que sus hijos podrán ser gente que tenga una vida normal y que lo conseguirán con ayuda y con ganas, Y también serán felices, porque estos niños son de hecho felices, y aportan muchísima felicidad a quienes estamos a su alrededor”, aseguraron.

Ambos destacaron que han podido hacer frente a este “reto de la vida” gracias a la unión tan fuerte que experimentan en su matrimonio y que uno sin el otro no podrían haberlo llevado a cabo.

Lo más visto