“Mami, ¿cuándo me llegan los pulmones?”, la angustiante situación de una nena de 12 años por un error médico

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nena riñones
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Zahira tiene 12 años y estuvo en terapia intensiva tres veces. Vive con oxígeno y no sale de su casa. Sueña con una donación que le salve la vida. “Desde que mi hija se enfermó no dormí una noche de corrido”.








“Mami, ¿cuándo me llegan los pulmones”, le dijo Zahira hace algunas semanas a Ayelén Yuffre. De la noche a la mañana, la vida normal que tenía se desvaneció a sus 11 años y lo que empezó con una tos terminó con la necesidad de conseguir, con urgencia, dos trasplantes de pulmón.

La trágica actualidad de Zahira comenzó el 22 de marzo del año pasado, cuando su mamá la llevó a una guardia de la localidad bonaerense de Tristán Suárez, a unos pocos kilómetros de Ezeiza. La atención fue rápida y el diagnóstico aún más: “Tiene laringitis me dijeron. La medicaron, me dieron una orden para comprar antibióticos y me mandaron a casa”, contó Ayelén a TN

Pero el diagnóstico era equivocado y el día siguiente fue aún peor. Fiebre, tos, el cuerpo frío y un hundimiento en el pecho que complicaba a la nena de 12 años cada vez que quería respirar. Ayelén la volvió a llevar a la guardia y la secuencia se volvió a repetir: cambiaron el diagnóstico y volvieron a equivocarse.

Del “broncoespamo” que le dijeron en la guardia, pasó a ser trasladada de urgencia al hospital de Ezeiza, en el que quedó internada. Una hora demoró el cuadro en agravarse a tal nivel que tuvo que ser derivada a terapia intensiva y, por consecuencia, tuvo que ser intubada.

“A las pocas horas me avisaron que vaya a despedirme de ella porque no saturaba. Estaba hinchada, fría y morada. Le hablé, pero yo estaba en shock. Me agarró un ataque de nervios y no podía hablarle”, relató Yuffre sobre una de las peores noches de su vida.

Durmió en el hospital, como otras tantas noches que le siguieron, y de a poco la situación comenzó a mejorar. Le hicieron un drenaje en los pulmones, dio resultado y le pudieron dar un diagnóstico. Esta vez, fue acertado: neumonía bilateral.

Cuarenta y cinco días tuvo que estar internada en ese hospital la pequeña. A la semana de haber ingresado un virus intrahospitalario se metió en su cuerpo y volvió a un estado crítico. Así lo grafica su mamá: “Prácticamente, no podía caminar, bajó mucho de peso y se agitaba mucho. Estando sentada tenía la frecuencia cardíaca en 150 y la neumonóloga me decía que era normal”.
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