Sus vecinos aseguran que, pese a ser de escasos recursos, era muy caritativo. Tenía 69 años.
"Por las noches abrazo un muñeco de él y lloro", dijo la mamá de Fernando
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Mañana se cumplen tres meses del asesinato, por lo que Graciela y Silvino Báez Sosapidieron que las personas que quieran publiquen una foto del chico asesinado en Villa Gesell con la consigna #JusticiaParaFernando en todas las redes sociales.
Sé que no va a volver pero por las noches siempre voy a su habitación y abrazo un muñeco de Spiderman que él tenía desde chiquito y me pongo a llorar”, dijo hoy emocionada Graciela, la mamá de Fernando Báez Sosa, al recordar a su hijo al cumplirse mañana tres meses de su asesinato en la localidad balnearia de Villa Gesell, por el cual están hay 10 rugbiers imputados.
El dolor de la mujer por la pérdida de su hijo puede observarse en cada uno de los gestos de su rostro y en los movimientos de sus manos, al igual que Silvino, quien acompaña a cada paso a su esposa y recuerda a Fernando a toda hora: “Cada vez que me siento triste escucho el último audio que me envió cuando estaba de vacaciones y lloro”.
Los papás de Fernando Báez Sosa (18) lo rememoraron así al cumplirse tres meses de su asesinato y coincidieron en que lo que le hicieron a su hijo “fue una masacre” y que no cesarán en su reclamo de Justicia.
“Se cumplen tres meses del asesinato brutal de nuestro hijo y para nosotros es como si fuera ayer. Todavía no podemos entender por qué le hicieron esto, no le dieron la oportunidad ni siquiera de defenderse. Es una masacre total lo que le hicieron estos asesinos, lo mataron hasta burlarse”, expresó conmovida Graciela al recibir a Télam en el palier del edificio en el que viven, en Recoleta.
Durante la charla con esta agencia, Silvino y Graciela lloraron, se amargaron, se angustiaron, pero también rieron con recuerdos, como por ejemplo con el fanatismo por Boca Juniors que tenía su hijo o las comidas que le preparaba su mamá.
“Yo extraño hasta las peleas, las necesito. Eran peleas por pavadas y ahora me doy cuenta que gastábamos energía en cosas que no valían la pena. Discutíamos por las tácticas y estrategias cuando veíamos los partidos de Boca, que él era hincha”, recordó Silvino, con su mirada perdida en el recuerdo.
Graciela contó que “a él le gustaban las milanesas con papas fritas, el fútbol y el helado… y murió comiendo un helado”.
Es que en el momento en que fue atacado y asesinado, la madrugada del 18 de enero pasado, Fernando había cruzado frente al boliche Le Brique, en pleno centro de Villa Gesell, para tomar un helado con uno de sus amigos.
“Si esto no hubiera pasado, hoy estaría disfrutando con mi hijo esta cuarentena, haciendo la comida que le gustaba, las cosas dulces. Lo extrañamos muchísimo, no tengo más ganas de cocinar porque todo me recuerda a él”, agregó.
A Silvino y Graciela se les viene a la memoria el momento en que Fernando comenzaba su viaje a Villa Gesell junto a sus amigos de la primaria y se sonríen. También disfrutan al recordar a Julieta, la novia de su hijo, a quien consideran parte de su familia, o cuando describen las buenas notas que obtuvo el joven en el CBC de la Universidad de Buenos Aires para acceder a la carrera de Derecho.
“No le gustaba que le sacara fotos pero el día que iba a viajar me dijo ´Que raro mami que no trajiste el celular para sacarnos fotos´, y le contesté que pensaba que se iba a enojar, pero me respondió que lo fuera a buscar. Salí corriendo a buscar la cámara y esa es la última foto que le saqué a mi hijo”, rememoró Graciela, ya con una sonrisa en su rostro.
Silvino revivió el momento que lo vio caminando con la valija: “Lo filmé cuando se iba caminando con la valija, no sabés el dolor que siento cada vez que veo esa filmación, estoy destrozado. De a poco voy a aprender a aceptar que Fer no va a volver”.
Los padres de la víctima no dejan de agradecer el apoyo y las fuerzas que les dan todas las personas que piden que se haga justicia por redes sociales y en la calle cuando se los cruzan.
“El apoyo es muy importante para nosotros y nos hace poner de pie para seguir pidiendo justicia para Fernando y para que esto no vuelva a pasar más”, señaló Graciela, mirando a su esposo, que asentía.
“Cuando nos da ganas de llorar, lo hacemos juntos. La gente nos ve y piensa que somos fuertes, pero cuando cerramos la puerta, la gente no sabe lo que pasa, ese dolor y vacío que tenemos”, dijo Silvino.
También afirmaron que continuarán con el legado solidario de Fernando y expresaron que siguen en contacto con directivos, profesores y padres del colegio Marianista, en Caballito, donde asistía el joven.
“Teníamos tantos sueños, proyectos... él era todo para nosotros. Era lo mejor que nos podía pasar en nuestra vida, era nuestro orgullo”, dijo Graciela, emocionada.
Por último, con motivo de cumplirse el tercer mes del asesinato de su hijo y que coincide con la cuarentena establecida para prevenir el contagio de coronavirus, Graciela y Silvino pidieron que las personas que lo deseen publiquen una foto de su hijo con la consigna #JusticiaParaFernando en todas las redes sociales.
Sé que no va a volver pero por las noches siempre voy a su habitación y abrazo un muñeco de Spiderman que él tenía desde chiquito y me pongo a llorar”, dijo hoy emocionada Graciela, la mamá de Fernando Báez Sosa, al recordar a su hijo al cumplirse mañana tres meses de su asesinato en la localidad balnearia de Villa Gesell, por el cual están hay 10 rugbiers imputados.
El dolor de la mujer por la pérdida de su hijo puede observarse en cada uno de los gestos de su rostro y en los movimientos de sus manos, al igual que Silvino, quien acompaña a cada paso a su esposa y recuerda a Fernando a toda hora: “Cada vez que me siento triste escucho el último audio que me envió cuando estaba de vacaciones y lloro”.
Los papás de Fernando Báez Sosa (18) lo rememoraron así al cumplirse tres meses de su asesinato y coincidieron en que lo que le hicieron a su hijo “fue una masacre” y que no cesarán en su reclamo de Justicia.
“Se cumplen tres meses del asesinato brutal de nuestro hijo y para nosotros es como si fuera ayer. Todavía no podemos entender por qué le hicieron esto, no le dieron la oportunidad ni siquiera de defenderse. Es una masacre total lo que le hicieron estos asesinos, lo mataron hasta burlarse”, expresó conmovida Graciela al recibir a Télam en el palier del edificio en el que viven, en Recoleta.
Durante la charla con esta agencia, Silvino y Graciela lloraron, se amargaron, se angustiaron, pero también rieron con recuerdos, como por ejemplo con el fanatismo por Boca Juniors que tenía su hijo o las comidas que le preparaba su mamá.
“Yo extraño hasta las peleas, las necesito. Eran peleas por pavadas y ahora me doy cuenta que gastábamos energía en cosas que no valían la pena. Discutíamos por las tácticas y estrategias cuando veíamos los partidos de Boca, que él era hincha”, recordó Silvino, con su mirada perdida en el recuerdo.
Graciela contó que “a él le gustaban las milanesas con papas fritas, el fútbol y el helado… y murió comiendo un helado”.
Es que en el momento en que fue atacado y asesinado, la madrugada del 18 de enero pasado, Fernando había cruzado frente al boliche Le Brique, en pleno centro de Villa Gesell, para tomar un helado con uno de sus amigos.
“Si esto no hubiera pasado, hoy estaría disfrutando con mi hijo esta cuarentena, haciendo la comida que le gustaba, las cosas dulces. Lo extrañamos muchísimo, no tengo más ganas de cocinar porque todo me recuerda a él”, agregó.
A Silvino y Graciela se les viene a la memoria el momento en que Fernando comenzaba su viaje a Villa Gesell junto a sus amigos de la primaria y se sonríen. También disfrutan al recordar a Julieta, la novia de su hijo, a quien consideran parte de su familia, o cuando describen las buenas notas que obtuvo el joven en el CBC de la Universidad de Buenos Aires para acceder a la carrera de Derecho.
“No le gustaba que le sacara fotos pero el día que iba a viajar me dijo ´Que raro mami que no trajiste el celular para sacarnos fotos´, y le contesté que pensaba que se iba a enojar, pero me respondió que lo fuera a buscar. Salí corriendo a buscar la cámara y esa es la última foto que le saqué a mi hijo”, rememoró Graciela, ya con una sonrisa en su rostro.
Silvino revivió el momento que lo vio caminando con la valija: “Lo filmé cuando se iba caminando con la valija, no sabés el dolor que siento cada vez que veo esa filmación, estoy destrozado. De a poco voy a aprender a aceptar que Fer no va a volver”.
Los padres de la víctima no dejan de agradecer el apoyo y las fuerzas que les dan todas las personas que piden que se haga justicia por redes sociales y en la calle cuando se los cruzan.
“El apoyo es muy importante para nosotros y nos hace poner de pie para seguir pidiendo justicia para Fernando y para que esto no vuelva a pasar más”, señaló Graciela, mirando a su esposo, que asentía.
“Cuando nos da ganas de llorar, lo hacemos juntos. La gente nos ve y piensa que somos fuertes, pero cuando cerramos la puerta, la gente no sabe lo que pasa, ese dolor y vacío que tenemos”, dijo Silvino.
También afirmaron que continuarán con el legado solidario de Fernando y expresaron que siguen en contacto con directivos, profesores y padres del colegio Marianista, en Caballito, donde asistía el joven.
“Teníamos tantos sueños, proyectos... él era todo para nosotros. Era lo mejor que nos podía pasar en nuestra vida, era nuestro orgullo”, dijo Graciela, emocionada.
Por último, con motivo de cumplirse el tercer mes del asesinato de su hijo y que coincide con la cuarentena establecida para prevenir el contagio de coronavirus, Graciela y Silvino pidieron que las personas que lo deseen publiquen una foto de su hijo con la consigna #JusticiaParaFernando en todas las redes sociales.
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