El sanjuanino que le ganó a las drogas y hoy ayuda a otros a superar adiciones

La resiliencia de Yoni es una inspiración para jóvenes sanjuaninos que luchan por rehabilitarse en el Proyecto Juan.




Foto: Nicolás Mercado para DIARIO MÓVIL.

Por Virginia Martín.


El flagelo de las adicciones es complejo y tiene muchas aristas. Una de ellas es el cómo se trabaja el proceso de rehabilitación en jóvenes, adolescentes y adultos. En San Juan se encuentra el proyecto Juan que está bajo la órbita de la Dirección Provincial de Abordaje de Adicciones a cargo de Raúl Ontiveros, quien aseguró que “este hogar no funciona como una cárcel sino tiene la impronta de un lugar de puertas abiertas. En este lugar se contiene a adultos y jóvenes. Los adultos son más receptivos porque ya han pasado por muchas pérdidas, en lo familiar y en lo material”.

El adulto incluso pasa ser un guía terapéutico obviamente sin desconocer la labor de los profesionales del área como los psicólogos. Sucede que los adultos vienen más golpeados por experiencias previas. El mayor que hay en la comunidad tiene 55 años. En cambio, los jóvenes tienen otro perfil. Es decir, tiene menos responsabilidades, en algunos casos no poseen la imagen de un papá que sale a trabajar. Los adolescentes tienen problemas más allá de las acciones, deben tomar hábitos no desarrollados como que lo que obtengan sea fruto del esfuerzo. Esta es una característica de los millennials. “Es fundamental en estos procesos la familia, pero a veces la misma familia del adulto o del joven incluso, lo llevan o lo motivan a que ingrese al Proyecto, pero luego cuando hace falta que lo apoyen para que no recaiga son los que dicen pobrecito ya está bien y se lo llevan”, contó Ontiveros.


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En este centro que posee por estos días unos 12 varones, hay chicos en lista de espera que están a un paso de ingresar, pero sólo faltan los estudios médicos. Algo que se destaca es que hoy por hoy quienes están en proceso de rehabilitación son personas que ingresaron por propia voluntad y sólo 2 lo hicieron porque se judicializó su caso.


Yoni. Foto: Nicolás Mercado para DIARIO MÓVIL.

Una de las tantas historias que se comparten allí adentro es la de Yonatan Díaz o Yoni como todos le dicen. Con tan sólo 23 años pasó por etapas oscuras en su vida. Él ingresó al Proyecto con 15 años, era consumidor, adicto, dejó la escuela y perdió muchas cosas. Su entrada a la comunidad fue porque se judicializó su caso. Estuvo 13 meses en tratamiento.

Él es un caso ejemplar y de superación. “Entré a rehabilitarme por orden de la justicia, los dos primeros meses fueron muy duros, estaba enojado con mi mamá. Mi historia tuvo de todo, mi papá falleció cuando yo era chico, abandoné la escuela y vendí cosas para poder consumir. Delinquí también varias veces. Todo era para drogarme. Yo empecé por curiosidad. Lo más difícil es cuando uno se encuentra consigo mismo, aceptar a la familia como es”.

Yoni repasa su historia con frescura en la voz y sin tapujos a la hora de contar por lo que pasó. “A los dos meses todo me hizo un click. Lo peor de todo es perder gente querida y la libertad. Pero después de terminar en el Proyecto Juan comencé el tratamiento ambulatorio en el hogar San Benito. Estaba trabajando también en una pescadería y me dijeron si quería trabajar en la comunidad. Empecé de apoco, en un momento tenía 4 trabajos. Luego seguí incorporándome y hoy soy operador socio terapéutico. Me encanta lo que hago. Me ofrecieron ir a trabajar a otro lado, pero, no quise, me gusta ayudar, guiar a los demás. Me ha tocado ver casos en que no terminaron bien, pero vale la pena este trabajo”, afirmó Yoni con un ánimo que se nota en la energía que transmite.

(Video: Nicolás Mercado para DIARIO MÓVIL).


Teníamos que concluir en algún momento la charla porque él debía ir a seguir estudiando para terminar la secundaria que dejó en uno de sus momentos más complejos. Con sus 23 años y un hijo de 3, Yoni alentó a los que pasan por problemas de adiciones. “Yo afortunadamente nunca recaí, yo le digo a los chicos que no bajen los brazos, que sigan porque se puede. Es difícil, pero hay que salir adelante”, concluyó.
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