River perdió por la Sudamericana y a los hinchas se les acaba la paciencia

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La derrota ante Huracán en el Monumental colmó la paciencia de la hinchada. El River de Gallardo no es lo que era. En el campeonato quedó lejos. En la Sudamericana tiene que revertir este resultado para llegar a la final. Pero apuntan a que los salve el Mundial de Clubes.




 



 

"¿Por éste pagamos 40 palos?", se preguntan en la tribuna Belgrano baja del Monumental. Y la referencia es para Gonzalo Martínez, que fue el más apuntado en un estadio que parece haber perdido la paciencia con el plantel de Marcelo Gallardo. Es cierto que el cariño y el respeto de los hinchas todavía está presente para un equipo que ganó casi todo lo que jugó, sobre todo en el terreno internacional, pero anoche, cansados del flojo rendimiento en el último tiempo, les pidieron a los futbolistas "un poco más".

Lejos en un campeonato que ya quedó en las manos de Boca, pero atentos en el Mundial de Clubes, los hinchas de River entienden que el equipo ya no luce como aquel que supo encantarlos. Ahora, por momentos, deambula en la cancha. Y eso, ahora muchos en el Monumental se lo hacen saber a los futbolistas con distintas reprimendas.

En pequeños gestos se advirtió ese cansancio. Si bien no fueron reclamos histéricos, en la figura de Pity Martínez se marcó la diferencia; cada vez que tomó una mala determinación con la pelota se escucharon silbidos. La gente también se mostró molesta con el rendimiento de Milton Casco, que además, en un mal movimiento, permitió el gol de Huracán. Hasta eligió hacerle saber a Sebastián Driussi que ya no hay más crédito y que pretenden otro tipo de desempeño. Incluso, cuando los hinchas advirtieron que tanto Martínez como Driussi fueron reemplazados en el entretiempo, también eligieron mostrar que estaban conformes con la decisión del entrenador. Apenas se salvaron Matías Kranevitter, que está jugando sus últimos partidos en el Monumental, y Javier Saviola, que cuando ingresó en la segunda etapa recibió el respaldo del público, a pesar de que no puede convertir.

En el segundo tiempo la actitud del equipo se modificó, sin embargo, a medida que pasaban los minutos y el rumbo del juego no se lograba torcer, el fastidio se amplificó.
Desde la popular apareció de manera más insistente el reclamo y ya nadie, como sucedió en otros momentos, tapó con canciones los insultos y los reclamos que bajaron desde la tribuna.

El juego se cerró y bajó desde la popular un murmullo desesperado. Apenas vale para los hinchas la estadística que indica que, por Copas, no perdió duelos mano a mano el River de Gallardo. De todas maneras, el Monumental estuvo más inquieto que nunca.

 

Fuente: La Nación.-
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