La prueba que podría devolver al cura Walter Bustos al penal

El sacerdote Walter Bustos enfrenta nuevamente momentos difíciles luego de que el pasado sábado se le confiscara su teléfono celular en medio de acusaciones relacionadas con presuntos contactos no autorizados con la novia de un joven que, según el fallo de la Corte de Justicia, habría sido abusado sexualmente por él cuando tenía 15 años.

La situación se torna aún más compleja luego de que el máximo tribunal de justicia local confirmara la condena impuesta a Bustos en mayo del año pasado, elevando la pena a 3 años debido a su condición de ministro de culto religioso, y ordenando específicamente que no se acercara ni contactara a la víctima ni a su círculo cercano.

Sin embargo, recientes eventos han puesto en entredicho el cumplimiento de esta orden judicial. Según fuentes cercanas al caso, el jueves por la noche, la joven recibió un mensaje de WhatsApp supuestamente enviado por el padre Walter, en el que se le solicitaba una reunión personal. Ante el desconcierto de la situación, la joven bloqueó el número, pero luego recibió una serie de llamadas desde el mismo teléfono, que no llegó a contestar.

Ante estos acontecimientos, el fiscal coordinador Roberto Ginsberg solicitó el secuestro del teléfono del sacerdote, acción que se llevó a cabo el sábado por la tarde, cuando Bustos fue interceptado por la policía en compañía de otro religioso. Aunque inicialmente negó poseer un teléfono, posteriormente se lo confiscaron. Existen especulaciones informales de que los contactos con la joven podrían haberse originado desde este dispositivo.

En caso de confirmarse estas sospechas, Bustos podría enfrentar una nueva imputación por desobediencia a una orden judicial, lo que pondría en riesgo la ejecución condicional de su condena y podría llevarlo de vuelta a prisión.