Los casos de corrupción que involucran a Lula en Brasil

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Además del escándalo de Petrobras, el ex presidente estuvo asociadohace una década al 'mensalão', una red por la que diputados opositores recibían "sueldos paralelos" para aprobar proyectos oficialistas. 




 

El escándalo de Petrobras lo involucra personalmente por haber presuntamente interferido para facilitar el acceso a los créditos.

El ex presidente de Brasil, Lula da Silva, está actualmente siendo investigado penalmente por tráfico internacional de influencia y lavado de dinero como parte del escándalo de corrupción de Petrobras que involucra al PT, del cual es su máximo líder.

Pero la corrupción en el país bajo Gobiernos del partido que precisamente se caracterizó por denunciarla desde la oposición no es una novedad: 10 años atrás fue desenmascarado el Mensalão, la red ilegal por la que diputados opositores recibían un "sueldo paralelo" para acompañar proyectos del Poder Ejecutivo. Algo similar a lo ocurrido en la Argentina con la famosa "Banelco".

En lo que fue bautizado por la prensa brasileña como el juicio del siglo, el Supremo Tribunal Federal (STF) juzgó a 38 ex funcionarios, empresarios y banqueros involucrados. Se descubrió que la red de compra de votos en el fragmentado Congreso fue orquestada por el Partido de los Trabajadores entre 2002 y 2005.

 

Por el Mensalão fueron condenados, entre otros, el jefe de gabinete y hombre fuerte del primer gobierno de Lula, José Dirceu; el ex presidente del PT, José Genoíno; y el ex tesorero del partido, Delubio Soares. Poderoso y popular, Lula logró evitar ser juzgado. "El pedido para que el STF denuncie a Lula da Silva es jurídicamente imposible", aseguró el juez del caso Joaquim Barbosa.

Todo pese a que el diputado Jefferson que desató el caso acusó al ex mandatario de haber ordenado sobornar a legisladores a cambio de que respaldaran proyectos de ley en su primer mandato, y pidió la inclusión de Lula en el juicio.

Una década después del escándalo que movilizó a la política brasileña, Lula vuelve a ser investigado por corrupción. Sus apariciones en la escena pública parecen despegadas de los casos por los que se lo acusa. Pese a que el Mensalão ya se conocía, el entonces mandatario logró ser reelecto para su segundo mandato entre 2006 y 2010. Y ahora que la Fiscalía lo investiga, anunció su vuelta a la primera plana de la política del país.

Nunca del todo alejado, ahora vuelve a buscar resonancia con sus discursos, apariciones en las cámaras y visitas a presidentes. Esta misma semana visitó al mandatario paraguayo Horacio Cartes y a la argentina Cristina Kirchner, pero también apoyó al sucesor kichnerista, Daniel Scioli. "Yo hincho para que Scioli gane las elecciones", dijo días atrás.

El escándalo de Petrobras lo involucra personalmente por haber presuntamente interferido para facilitar el acceso a los créditos, algo catalogado como tráfico de influencias en Brasil e internacional.

Acostumbrado a aparecer en las tapas de los diarios cuando la corrupción salta a la luz, el hombre fuerte del primer gobierno de Lula, José Dirceu, volvió a estar involucrado y fue arrestado en un operativo relacionado con el creciente escándalo de sobornos en la petrolera estatal Petrobras.

Poderosos empresarios fueron detenidos por el caso. Quizá el más importante sea el de Marcelo Odebrecht, presidente de la constructora Odebrecht, la más grande de Brasil y una de las mayores del mundo entero.

El mayor caso de corrupción en la historia del gigante sudamericano –que ya supera al Mensalão- motivó numerosas causas y la apertura de investigaciones a 13 senadores, 22 diputados y dos gobernadores en funciones, sospechosos de haber participado en la trama de pago de sobornos a cambio de contratos en la estatal. Entre los acusados de corrupción y lavado de dinero está el ahora ex tesorero del gubernamental PT Joao Vaccari, arrestado desde abril.

Las balas de escándalo ahora amenazan con pegarle a Dilma Rousseff. Hasta ahora la rozan, pero no la tocan. Es por eso que la oposición ya piensa en un impeachment contra la mandataria. Con la mente en las elecciones presidenciales de 2018, Lula aseguró que "no hay ningún motivo para un juicio político" a Rousseff. Sabe que un proceso contra la presidente echaría por tierra sus aspiraciones. Y el ex sindicalista ya avisó que no se retiraba de la política.

Fuente: Infobae
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