Antes de irse, los K siembran miles de semillas

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El Gobierno incorporará este año más de 25.000 empleados estatales en todo el país. Este aceleramiento de ingresos antes de dejar el poder puede tener una intención de dejar personal cercano que pueda influir en decisiones del futuro Gobierno.




 



Delfina Rossi es sólo un síntoma. La hija del ministro de Defensa, Agustín Rossi, nombrada recientemente directora del Banco Nación, expresa una profunda regla de todo gobierno que termina: en el fin de ciclo afloran las posibilidades de estabilidad del empleado público afín.

Los ejemplos grandes, medianos y pequeños se multiplican. Sólo para recordar algunos, en mayo se sumaron a planta permanente 755 empleados de Cancillería; en abril hubo un llamado a concurso para 898 personas en el Ministerio de Economía; la cartera de Desarrollo Social abrió en 2014 un concurso para 1000 trabajadores de esa dependencia que se mantiene este año y hay actualmente una fuerte polémica con las designaciones en el Tribunal Fiscal de la Nación de nueve vocales y también con el concurso para nombrar al director del INTA. Pero los pequeños casos aparecen como los más polémicos: el presidente del Banco Central llevó a su esposa e hijo a la entidad, el subsecretario de la Secretaría Legal y Técnica de la Presidencia, Carlos Liuzzi (mano derecha del titular y candidato a vicepresidente, Carlos Zannini) sumó 22 amigos y familiares a esa área jurídica y Delfina Rossi llegó sin experiencia a ser directora del Banco Nación.

Según una proyección de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), este año -el último de Cristina Kirchner- el Gobierno sumará a su staff más de 25.611 empleados.
Según las estimaciones, la administración nacional cerrará 2015 con 622.993 trabajadores, casi un 4,3% más que en 2014 (cuando esa área registró 597.382 empleados).

Las contrataciones en el Gobierno crecieron al 2,4% entre 2003 y 2007, cuando Néstor Kirchner era presidente. Cuando su mujer asumió el cargo incrementó la velocidad: entre 2007 y 2015 se expandieron a un ritmo de 3,3%. Sin embargo, la variación más elevada se registró en las empresas y bancos públicos: los reclutamientos en ambos períodos crecieron a más del 12%. En todo el ciclo, las contrataciones en esa área subieron al 342,5%.

En el sector privado, según FIEL, el trabajo cayó 1,3% el año pasado, mientras que el empleo público trepó 4,5%. Esta dinámica se repite desde 2008, cuando se estancó definitivamente la creación de nuevos puestos de trabajo.

Las provincias contribuyeron en grande al crecimiento del empleo público. Durante la primera gestión del kirchnerismo, la expansión fue de 4,2%, mientras que en los últimos años (2007-2015), el alza del empleo estatal provincial llegó al 3,7%. En los municipios, en tanto, el promedio de crecimiento del empleo estatal fue de 2,6% en el período 2003-2013. No obstante, el pico se dio principalmente durante la gestión de Néstor Kirchner.
De acuerdo con la estimación de FIEL, sobre la base de datos oficiales del SIPA y al Boletín Oficial, a fin de año habrá 3.487.027 empleados públicos. O sea que, en todo el ciclo kirchnerista, se habrán sumado 1.276.858 trabajadores.

"El empleo público total crece en forma constante a más del 3% desde 2007", explicó la especialista de FIEL Nuria Susmel. "En los últimos años esta tendencia se aceleró", aclaró la economista. Según los datos del Boletín Fiscal que elabora el Ministerio de Economía, las carteras públicas con más personal en planta permanente y transitoria son las de Defensa y Seguridad. Claro, que en sus filas suman a la policía y al Ejército.

Entre los contratados -más expuestos a la utilización de la política- el podio se lo lleva la cuñada de la Presidenta. De acuerdo con esa misma fuente, Alicia Kirchner controla 8488 trabajadores en el Ministerio de Desarrollo Social. Por otro lado, trabajar en el Estado en cargos altos puede ser un buen negocio. En la actualidad, hay 12.380 empleados que ganan un piso de más de $48.000 brutos mensuales. El promedio salarial en esta franja es de $65.202, según los datos oficiales.
No obstante, el salario bruto promedio en el PEN y otros entes del sector público es de $17.340, aún lejos de los $100.624,15 que todos los meses cobra la Presidente de la Nación.

A pesar de la masividad de concursos, no hay felicidad entre los empleados estatales. Por ejemplo, en el Ministerio de Planificación protestarán hoy al mediodía: el 80% dice estar precarizado. Y en Economía, ATE denuncia una obviedad: los concursos están hechos a medida de los militantes oficialistas.

 

Fuente: La Nación.-
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