La historia del MONUMENTO de Sarmiento en la ciudad de Boston, Estados Unidos

San Juan
En esta ciudad del Estado de Massachusetts Sarmiento se nutrió de la intelectualidad de la época, concibió una educación cívica y práctica, que formara ciudadanos y trabajadores. Esta relación le permitió el tener un lugar en la avenida Commonwealth, un bulevar que se exhiben monumentos que recuerdan a las figuras más destacadas de la ciudad y del Estado.






En Boston, Massachusetts, se encuentra la avenida Commonwealth, un bulevar que cada dos o tres cuadras se exhiben monumentos que recuerdan a las figuras más destacadas de la ciudad y del Estado. Sin embargo, en la intersección con la calle Gloucester, sobre una base de granito, llama la atención que se alza un monumento de bronce que muestra de cuerpo entero a Domingo Faustino Sarmiento.

Esta escultura fue inaugurada en la década de los ’70, pero su antesala y la intensión fueron de vieja data. La historia refleja que Sarmiento mantuvo una relación con esta ciudad estadounidense y que la visitara en varias oportunidades, incluso siendo embajador argentino. Pero lo que más se destaca es la consideración que tuvo el prócer sanjuanino por el perfil universitario de Boston y las ideas que tomó de ella para aplicarla luego en el país, y lo que las autoridades de esta cuidad tomaron del pensamiento del propio Sarmiento.

Se lo destaca a Sarmiento como un hombre de acción, cuyo principal interés radicó en el establecimiento de un sistema de educación pública, de calidad para todos los ciudadanos. Este ideal y luego política de Estado tiene su fuente de inspiración en 1847 primero y en 1865 después, precisamente en Boston que le rinde homenaje.

En esta ciudad del Estado de Massachusetts se nutrió de la intelectualidad de la época, concibió una educación cívica y práctica, que formara ciudadanos y trabajadores. Con su capacidad de transformación y con escasos recursos, planteó que el futuro de la educación estaba en esa ciudad en ebullición.

“La ciudad puritana, la Menfis de la civilización yankee, tenía 18.000 habitantes en 1790 y 115,000 en 1845. Vive aún la encina a cuya sombra se reunieron los peregrinos para darse las leyes fundamentales. En Boston se dictó aquella famosa ley de educación pública general y obligatoria que ha honrado al género humano. En Boston se reunieron los colonos y resolvieron no pagar el derecho del té. En Boston se disparó el primer fusilazo en la guerra de la Independencia. En Boston están las escuelas públicas convertidas en templos por la magnificencia de su arquitectura», expresa el prócer sanjuanino en su libro “Viajes en Europa, África y América”.




Compartiendo intelectualidad y progreso entre Argentina y Estados Unidos  

Sarmiento conoció en Boston a Horace Mann, considerado el fundador del sistema educacional norteamericano. Había leído textos de Mann mientras estaba en Europa, y esas lecturas lo indujeron a visitar Estados Unidos. De esa manera, conoció la exitosa experiencia de Massachusetts en materia de educación y se interiorizó del desarrollo industrial que encontró en ese país.

Narra Sarmiento: «Pasamos largas horas de conferencias en dos días consecutivos; contóme sus tribulaciones y dificultades con las que su grande obra ha tenido que luchar, por las preocupaciones populares sobre educación. Su trabajo era inmenso. Y la retribución escasa». Fueron suficientes solo dos jornadas para que ellos compartieran sus ideales respecto a la educación y el progreso.

Al morir Mann, Sarmiento entabla una frondosa amistad epistolar con la viuda. Esa relación le permitió traer a la Argentina a más de 60 maestras bostonianas para desarrollarse en Argentina norteamericanas. Por su parte, en la Universidad de Harvard conoció al astrónomo de esa Casa de Estudios, Benjamin A. Gould, que más tarde fue el director del Observatorio de Córdoba fundado por Sarmiento.

Así como Sarmiento admiraba a los Estados Unidos, este sentimiento fue recíproco, como se desprende del mensaje siguiente del Gobierno de ese país durante el período del presidente William H. Taft: «El Gobierno y el pueblo de los Estados Unidos saludan al Gobierno y al pueblo de la República Argentina en ocasión del centenario del nacimiento del gran Presidente Sarmiento, fundador de las escuelas que dieron a su país libertad disciplinada, origen del desarrollo material e intelectual que ha maravillado el siglo pasado. Nosotros, en los Estados Unidos de América, recordamos y apreciamos su gran panamericanismo y sus trabajos en unión con nuestros pioneros intelectuales, que contribuyeron a establecer tan temprano y tan eficazmente una verdadera inteligencia mutua y amistad sincera entre ambos países».




El homenaje al Maestro de América


En 1972, Carlos Manuel Muñiz, embajador argentino en Washington, se propuso recordar la figura de Sarmiento en los Estados Unidos erigiendo en Boston un monumento. Muñiz había encontrado durante su gestión una iniciativa no cumplida de Rómulo S. Naón, que había sido embajador en el período 1914 a 1918.

Apoyándose en ese antecedente, Muñiz convino definitivamente con el entonces alcalde de Boston, Kevin H. White, el emplazamiento de un monumento en esa ciudad. White cedió para ello un espacio en la avenida Commonwealth.

En un viaje a Buenos Aires, Muñiz promovió la realización de un concurso en la Escuela Superior Nacional de Bellas Artes Ernesto de la Cárcova para realizar la estatua de Sarmiento por colocar en Boston. Al pie hay una placa que reza: «Domingo Faustino Sarmiento -1811-1888, Presidente de la República Argentina, Diplomático, Escritor, padre del sistema educacional argentino y amigo del pueblo norteamericano. La República Argentina a la ciudad de Boston, Mayo de 1973».

El monumento de Boston fue inaugurado el 21 de mayo de 1973. En 1976, el entonces gobernador de Massachusetts, Michael Dukakis, hizo especial referencia al monumento al instituir en ese Estado el 11 de septiembre como Día del Maestro en esta ciudad.
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