MARAVILLAS SANJUANINAS: El cerro Alkazar, lugar de singular belleza y leyendas

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El cerro Alkazar es una forma particular del paisaje sanjuanino que se encuentra en el departamento Calingasta, en la localidad de Hilario, al oeste de la provincia de San Juan y sobre el flanco occidental de las sierras del Tontal. Es, sin dudas, uno de los cerros más representativos de la provincia y no solo es por su belleza sino que alberga leyendas sobre la población prehispánica de los Huarpes en territorio sanjuanino.


Su nombre, Alcázar, es un término castellano de origen árabe que deriva del vocablo “Al qasr” que quiere decir "castillo” o “palacio”. La forma y el colorido del cerro le dan una belleza imponente y se ha convertido en lugar de visita obligada para quienes recorren la zona calingastina. Además, por sus particularidades paisajísticas y geológicas, este cerro ha sido declarado Monumento Natural de la provincia de San Juan, lo cual lo convierte en un área natural protegida.


El cerro se encuentra dentro de la eco región del monte de valles y bolsones, caracterizado por su aridez, que en ciertos lugares, los más distantes de las escasas fuentes de agua, se convierte en un verdadero desierto. Los estratos geológicos visibles, compuestos por rocas sedimentarias, pertenecen a la formación triásica. Desde ese entonces la erosión del viento durante milenios talló sus formas minuciosamente, dando una particularidad especial.


Pero más allá de sus particularidades paisajísticas, el cerro es también escenario de historias y leyendas sobre la población prehispánica de los Huarpes en territorio sanjuanino, y tiene como protagonista al cacique de estos aborígenes, quien perdió la vida en el cerro Alcázar. El relato más extendido cuenta la historia del cacique, cuyo nombre era Huazihul, joven fuerte y vigoroso, valiente adalid de las huestes Huarpes. Se lo retrata como un hombre de gran belleza, admirado por las mujeres y respetado por todos los guerreros de la región. Durante la conquista, los españoles encomendaron a  Diego Salinas para someter al pueblo Huarpe.


Huazihul marchó a la batalla junto a su gente y el choque de fuerzas se dio en el cerro Alcázar. La diferencia numérica y el hierro de los españoles lograron cercar a los Huarpes en la cima. Huazihul veía con impotencia como sus flechas rebotaban en las armaduras de los españoles, entonces, soltando su arco se arrojó con furia sobre Diego Salinas hiriéndolo en el brazo. El español blandió su espada de acero toledano atravesando el corazón de Huazihul, cuya sangre tiñó las rocas. Con su muerte los Huarpes fueron doblegados y luego sometidos a la corona de España. Por ello, otro de los nombres del cerro es "Al-k-zat",  que significa "lugar del daño".


Otra leyenda cuenta que fue en el Alcázar donde el cacique Huazihul y la castellana Pilar de Ulloa, protagonizaron un amor prohibido y se arrojaron juntos desde sus alturas, escapando de la persecución de las tropas españolas. Por esta leyenda, es un lugar elegido por los pobladores del valle para festejar casamientos.


Según los historiadores no hay registros ni hallazgos arqueológicos que prueben la veracidad histórica de los relatos. Por lo tanto ambas leyendas pertenecen al folklore popular y cultural del riquísimo imaginario sanjuanino.

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