No todos los Nietos recuperados son K

Política
Victoria Moyano
Victoria Moyano
Victoria Moyano es la nieta 53 recuperada, pero no pasó a la historia por eso sino por ser detenida al protestar en Lear. Además, critica distintas políticas gubernamentales del oficialismo.

Militante, pero no K. La nieta 53 milita en organizaciones de derechos humanos que no son afines al Gobierno oficialista.

 

El auto se mueve de un lado a otro pero Victoria Moyano Artigas sigue adentro. A los costados, un grupo de gendarmes lo empuja. Están en el kilómetro 31 de la Panamericana y la quieren llevar detenida. Ella sigue adentro, en la parte de atrás, abrazada a María Cháves, una docente e investigadora del Conicet. Minutos antes se había identificado, le había dado su documento al jefe del operativo y habían pactado una salida pacífica, pero algo no funcionó. Es la tercera vez que lo hacen: el modo de protesta consiste en que una caravana de autos bajo la consigna "Ninguna familia en la calle nunca más" pase a velocidad mínima por la puerta de la autopartista Lear. Una especie de piquete sobre ruedas que, hasta ese viernes 8 de agosto, la Gendarmería no sabía cómo desactivar.

Ya no empujan. Ahora, los gendarmes empiezan a pegarle bastonazos a los vidrios del auto. Nadie se baja. Victoria resiste abrazada a María. Un vidrio se rompe y la agarran de los pelos. Tiran gas pimienta una, dos, tres veces. El auto es una olla a vapor. Los ojos se enrojecen. Pica la garganta. Rompen otro vidrio y sacan al conductor, Guillermo Pistonesi, presidente de un organismo por los Derechos Humanos (Ceprodh) y militante del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS). Logran abrir las puertas de atrás con una barreta y la sacan a ella. Afuera todos gritan lo mismo. A los gendarmes, a los medios. Todos gritan que ella, Victoria, es una nieta recuperada. Que se están llevando a una nieta recuperada. Que están deteniendo a una nieta recuperada dos días después de la aparición de Ignacio Guido Montoya Carlotto, el nieto de Estela.

El camión de la Gendarmería da vueltas, muchas vueltas. El viaje es largo y Victoria está sentada al lado de María, que no puede abrir los ojos por el gas. Es la primera vez en sus 35 años que la detienen y no entiende por qué no le hicieron una infracción de tránsito, como pasó otras veces. Haciendo equilibrio para no caerse de su asiento, piensa en los trabajadores de la autopartista Johnson Controls, hacia donde se dirigía la caravana para reclamar por despidos. También piensa en los de Lear, que están hace dos meses en conflicto, y teme por el accionar de Ricardo Pignanelli, el titular del Smata que tiene en la mira a la comisión interna de esa autopartista.

El camión se detiene en la sede que Gendarmería tiene en la órbita de Campo de Mayo, en Boulogne sur Mer al 800, Pacheco. Uno por uno les hacen los trámites de rigor a todos los detenidos. Están en una especie de comedor del lugar, con todos los gendarmes alrededor. Victoria tiene los dedos con tinta negra. Hay una televisión encendida. Victoria apoya la mano para dejar sus huellas digitales. El volumen es muy bajo pero la imagen es clara. Un gendarme se le acerca para tomarle los datos. En la televisión aparecen Estela y su nieto recuperado Ignacio Guido. Victoria sonríe.

 

 

 

Fuente: La Nación
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