Importante colegio de San Juan en la mira de Salud Pública

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La denuncia por intoxicación de un alumno del Colegio Inglés, derivó la visita del área de Bromatología perteneciente a Salud Pública a la institución educativa, dando con el verdadero problema. Aunque se determinó que lo que había comido el niño venía de su hogar, se constataron irregularidades gravísimas, en un Colegio privado y CARÍSIMO.

Uno de los colegios más caros de San Juan, brinda comida no autorizada por Salud Pública a sus alumnos.

 

A veces elegimos empresas privadas para educar formalmente a nuestros niños, creyendo que al menos la infraestructura  será óptima al igual que los servicios. Quizás pensamos que los valores que enseñan se corresponderán con la cuota que pagamos. Lo cierto es que últimamente queda demostrado que la esencia de los colegios nunca igualará a la de la escuela pública.

Bromatología llegó al Colegio Inglés por una suposición que resultó descartada, y constató que el servicio de catering de la institución, que alimenta a los alumnos,  no está autorizado, y que además no existe un espacio físico al estilo “comedor” para que almuercen, sino que lo hacen en un aula o donde pueden. Por otro lado, no brindan al alumno ni siquiera una heladera para que guarden sus alimentos hasta el mediodía.

Raúl Tomba, Jefe de Bromatología, indicó que el chico de la denuncia había consumido comida traída desde su casa, que quizás le haya caído mal por la pérdida de la cadena de frío.

Sin embargo el problema resultó ser otro más grave, “el servicio que abastece a la escuela proviene de un servicio no autorizado. Hemos citado a la propietaria de la escuela para resolver este problema. Además, intimamos para que se les provea una heladera para guardar la comida hasta ser consumida al mediodía”.

Así lo aseguró Tomba, que indicó que la persona física que provee de comida a los alumnos del Inglés ni siquiera está totalmente identificada.

“Lo primero que tenemos que hacer es identificar para ver donde trabaja la comida que abastece al colegio. Y que realice la solicitud de habilitación. Caso contrario tendrá que parar el suministro hasta tener la autorización”, agregó.

Este servicio es una alternativa que brinda el colegio. Si los niños lo desean pueden llevar comida desde sus casas. Lo cierto es que los niños deben almorzar en un aula.

“Se puede intimar para que habiliten un lugar. En caso de no cumplimiento se labrará el acta de infracción porque toda la comida que se comercializa tiene que tener cumplimiento con la ley vigente”, expresó Tomba, y agregó que ya se citó a las autoridades del colegio para entregar el instructivo de Bromatología. Mientras tanto, el servicio de abastecimiento deberá ser suspendido o reemplazado por alguno autorizado.

Finalmente, el Jefe de Bromatología se refirió a los famosos kioscos saludables, ley que vive en la nebulosa para hacer pantalla pero nunca se reglamenta. Lo típico. La intención es que los bufetes de las escuelas diversifiquen la calidad de los alimentos que venden y no solo provean de comida chatarra. ¿Tanto cuesta reglamentar algo TAN básico?

“Siempre tenemos puesto el ojo en este tema. Por ahí se produce algún inconveniente y lo tenemos que corregir. Estamos con directores, kioscos, copa de leche, todo lo que se consume hace al control”, concluyó Raúl Tomba.
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