Cannabis: Uso medicinal, debate médico sobre sus efectos y despenalización

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Israel grows medicinal marijuana in Safed
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La palabra “marihuana” nos remite a muchos significados, seguramente controversiales. Sobre Cannabis muchos países discuten, y entre ellos está el nuestro, que analiza la despenalización del consumo de marihuana.

Entre “las drogas matan” y el discurso que argumenta el efecto de las “buenas hierbas”, se encuentran los perjuicios y beneficios que esta planta puede generar en el cuerpo y mente humanos, y como parece lejana una “armonía” entre polos tan diversos.

Una planta que da que hablar, y sobre la que existe mucha ignorancia.

 

En principio está el caso de Cristina, miembro de la Asociación de Cannabicultura de San Juan, quien compartió su experiencia con la marihuana como atenuante del dolor físico y con fines recreativos. Luego, un  médico cardiólogo, Gustavo Alcalá analizó con mucha objetividad los perjuicios de su consumo.

Cristina no es “fundamentalista” del Canabbis porque sí. De hecho, nadie que defiende su consumo lo es. Entre muchísimos argumentos en favor del consumo del “porro”, resaltó uno que podría ser motivo de “consenso” social: el uso medicinal del canabbis.

La mujer fuma un cigarrillo de marihuana todos los días cuando llega a su casa luego de una extensa jornada laboral, porque la ayuda a tolerar de mejor manera los dolores físicos que le generan la Osteoporosis y la Artritis. El porro la relaja, la ayuda a distenderse y distraerse por un rato.

Sin embargo, no puede tener sus propias plantas de marihuana debido al debate que transita nuestro país, que aún se inclina por considerar “ilegal” el consumo de Cannabis. Ahora bien, la respuesta social hacia Cristina, no es más que discriminatoria. Nuestra sociedad conservadora atraviesa un proceso transitivo desde el pecado y la ignorancia, al respeto y la educación.

Mejor, entonces, sería imaginarse qué opinión tiene un médico respecto al consumo de marihuana, y lógicamente tomarlo con la seriedad que merece (recordando que el consumo de drogas ilegales no beneficia económicamente a las grandes empresas farmacéuticas y laboratorios).

Gustavo Alcalá, Cardiólogo reconocido, tal como reclamaba Cristina, aseguró que la marihuana efectivamente se usa medicinalmente para aliviar la sensación de dolor en el cuerpo, es decir como analgésico para enfermedades gravísimas como el cáncer.

“Estamos cometiendo un error al banalizar una sustancia que produce adicción como hicimos con otras. Hemos llamado la atención sobre la puerta de entrada a las drogas que son las legales, tabaco y alcohol. Es mucho más probable que alguien pruebe la marihuana si antes fumaba y use otras drogas bajo los efectos del alcohol. Si bien en otras sociedades desarrolladas pueden haber tenido éxito legalizando algunas sustancias, habría que ver si en Argentina y en San Juan es esa la prioridad”.

En pocas palabras, el profesional dejó bien clara su postura al respecto del consumo de drogas en general y se limitó a definir como “compleja” la situación de nuestro país, incomparable con otras. Lo que más allá de la ideología, resultó interesante, es la nueva preocupación medicinal: Un nuevo tipo de infarto de miocardio relacionado con el consumo de cocaína, y otro tipo de infarto generado por el humo del tabaco y la marihuana. Este tipo de efectos en la salud van en aumento.

“Una cosa es una persona que tiene cáncer y en su gran sufrimiento busca calma con marihuana. Y otra cosa es una persona de 25 años que cree que estas son sustancias inocuas y tienen consecuencias graves”, señaló.

No solo el sistema circulatorio sufre los excesos, el cerebro también.  En este caso, la preocupación es la cantidad de jóvenes con ACV (accidentes cardiovasculares), debido a la subida de presión arterial repentina y brusca producida por el consumo de “drogas”. Sí, personas que mueren prematuramente debido a problemas de adicciones.

Luego, Alcalá se refirió a los “fundamentalistas” mencionado anteriormente, y desde un tupé bastante conservador también, dijo que “hay un grupo de personas interesados en hacer parecer a estas drogas sumamente benignas”.

“Deberíamos preguntarnos si la marihuana no es simplemente un escalón para otras drogas. La tolerancia es el inconveniente, la dosis que antes producía un efecto ya no es suficiente y tengo que escalar. Hay que preguntarse eso, la marihuana como escalera a otras drogas que generan violencia”, lanzó, y agregó que “algunos gobierno creen que legalizando se termina el negocio negro y ese es el beneficio”.  Lo que para el doctor, no es así, sino que se necesitan datos profundos de la realidad sanjuanina y argentina para pensar en políticas como esta.

En este devenir de legal o no legal, se encuentra el trasfondo social y cultural. El médico afirmó que “las víctimas principales de las drogas son las personas de menor nivel educativo y menor poder adquisitivo”.

“Las estrellas de Hollywood consiguen las mejores drogas y los mejores médicos. El adolescente que vive en un lugar común y corriente, y que solo ve a las estrellas por TV, es una víctima involuntaria de querer parecerse a otras personas pero con una calidad de droga mucho peor, y una vez que entró no tiene la misma ayuda que las estrellas”.

Según el especialista, llegó el momento histórico en el que las personalidades públicas de nuestro país padecen las enfermedades que en el mundo desarrollado desaparecieron hace 20 o 30 años.

Maradona presenta, por ejemplo, una irrigación cerebral con daños irreversibles, acumulativos de los tiempos de adicción a las drogas. La diferencia que plantea Alcalaá, es que Maradona tuvo la oportunidad de generar recursos para combatir su enfermedad, pero nosotros no y tendríamos que ver la mortalidad prematura que producen las drogas.

Más allá de lo que podemos ver por televisión, los médicos advierten que están viendo muchas víctimas anónimas cada día en los hospitales y clínicas.

El consumo de drogas no es un tema que pueda tratarse en dos páginas ni que concluya a una opinión simple y acabada. Aún queda mucho por recorrer en esta transición del país hacia una mente más educada en ciertos tabúes. Recién llegado ese momento de madurez podremos enfrentarnos a un debate pleno.
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