Alemania aplastó a Brasil y es finalista

Antes de la primer media hora de partido, los germanos destrozaron el sueño de Brasil con goles de Thomas Müller a los 11 minutos, Miroslav Klose a los 22 m., Toni Kroos en dos oportunidades, 24 m. y 25 m. y Sami Khedira sobre los 29m.

El espigado Andre Schüerrle, con un doblete a los 24 y 33 minutos del segundo período, configuró la caída más abultada de los vecinos cariocas en la historia de los mundiales.

Con el tiempo reglamentario cumplido, Oscar consiguió el descuento de Brasil, que recibió silbidos y la humillación del "ole" de los propios torcedores.

Los brasileros, que colmaron el estadio Mineirao, rompieron en llanto y abandonaron en gran número las tribunas antes de terminada la primera parte del encuentro.

La ilusión del segundo Mundial organizado en su país se derrumbó en minutos para Brasil y entregó imágenes incluso más aplastantes que el recordado "Maracanazo" de 1950 cuando Uruguay le ganó la final en Río de Janeiro 2-1 ante más de 100.000 personas.

Sin Neymar en cancha por lesión y con su capitán, Thiago Silva, suspendido, los dirigidos por Scolari no tuvieron respuestas futbolísticas ni anímicas para dar vuelta la historia ante un rival al que le salieron todas.

Alemania, campeón en 1954, 1974 y 1990, jugará su octava final en 18 participaciones ante Argentina u Holanda, el domingo próximo a las 16 horas en el Maracaná.

Brasil, jugará por el tercer y cuarto puesto un día antes en Brasilia, con el agravante de llegar destrozados anímicamente.

El primer gol en el Mineirao, marcado por Müller de volea tras recibir libre un tiro de esquina ejecutado desde la derecha marcó el prematuro final del partido.

Después del gol, Alemania fue una máquina de meter contragolpes frente a un Brasil que deambulaba la cancha e inoperante para cubrir al amplio frente ofensivo de los alemanes.

Schweinsteigger se convirtió en una guadaña para extirpar la pelota ante cada intento de Brasil; Khedira estuvo impecable e implacable en la administración de cada pelota; el delantero Müller era una acertijo indescifrable en cada aparición; Kroos con su inteligencia se tornó imparable y efectivo, y Klose, yendo a todas para pivotear y buscar incansablemente el gol.

Alemania humilló a Brasil con una ráfaga de cuatro goles en siete minutos, que dejaron helados a todos los presentes en el estadio de Belo Horizonte.

En el Mineirao imperaba una sensación de fría incredulidad y en la cancha los jugadores brasileños no encontraban  el modo de contener el vendaval de los alemanes, que recién en el segundo tiempo levantaron el pie del acelerador.

Scolari para evitar una paliza mayor se cuidó con los ingresos de Paulinho y Ramires, mientras Löw optó por darle minutos al central titular Mertesacker, que volvió luego de reponerse de un estado gripal.

Envueltos en la resignación, los jugadores brasileros disminuyeron el ritmo y posibilitaron la maduración de dos nuevos goles de Alemania, anotados por el ingresado Schürrle.

Alemania está en la final del mundial, una vez más, con su planteo absolutamente pragmático, sabiendo manejar todas las variables que pueden presentarse en un partido, con frialdad cuando hace falta y con el corazón cuando tiene que ponerse el overol y eso la hace absolutamente temible.