Adolescentes y violencia: El reflejo de una sociedad convulsionada

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Vivimos tiempos en los que la violencia es un tema que cada vez atrae más debate en nuestro país. En este marco, hablar de Bullying se volvió moneda corriente y no es para menos: los casos son cada vez más visibles, y preocupa. Patricia González, Licenciada en Psicología, explicó en radio Sarmiento posibles situaciones que conllevan a la violencia entre compañeros de escuela y aseguró que “los códigos de comunicación han cambiado”.

Bullying. Un tema del que se habla cada vez más, y lo vivimos con mayor frecuencia.

 

“El adolescente tiende a valorar mucho el grupo de amigos, es lo esencial. En cada grupo hay un líder, un ser carismático en algún sentido que conlleva al resto, lo que el líder dice es lo que el resto hace. Habría acá como una bandita por lo que leí, un grupito, que inclusive están identificados”.

Esto expresó la Licenciada, que se jugó por dos posibles hipótesis que generan situaciones susceptibles de violencia. En principio, muchos adolescentes poseen una autoestima muy baja y deseos de pertenecer a un grupo, como cualquier otro joven.

A veces, los adolescentes imponen “ciertos códigos” o una “paga” para aceptar un nuevo integrante. Otras veces, cuando en los grupos detectan que el otro es “débil” realizan actos aberrantes “porque sí”, lógicamente no en su sano juicio.

“Ocurre en todos los niveles sociales. Han cambiado los códigos de comunicación. El adolescente ya no se saluda hola que tal, es con un cachetón o una palmada de espalda. Viene con un monto de agresión ya, aunque parezca cotidiano”, manifestó González, y se preguntó: “¿Por qué no hablar, dialogar, o comunicarse desde otro punto de vista?”.

“La parte afectiva se ha perdido mucho”, aseguró.

De la misma manera, la Psicóloga atribuyó esta falta de códigos, en parte, a la los cambios de conductas en los adultos. Por eso afirmó la importancia de “volver a las raíces y revisar”, dado que cada sujeto tiene una situación sumamente particular de vida.

“No podemos generalizar tanto. Una familia bien constituida con padres que dialogan y están pendientes de sus hijos, es otra cosa, a una familia con papás que no conversan con los chicos o no saben dónde están”, indicó.

Finalmente, Patricia González estimó que si bien los adolescentes que agreden a otro están “enfermos”, también algún problema psicológico carga la propia víctima.

“Muchas veces pasa por la autoestima, necesidad de afecto, aprobación y cariño”, concluyó.
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