Sansó y un proyecto que regula la instalación de antenas de telefonía móvil

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No es necesario que nos lo cuenten, lo vemos a diario y cada vez en mayor medida. Las súper antenas de telefonía celular se instalan en cualquier parte: barrios, clubes, plazas. Los usuarios de telefonía celular crecieron exponencialmente en número y con ellos, el “aparaterío” contaminante de las antenas.

En la mayoría de los Estados responsables, existe un marco regulatorio que exige a las empresas de telecomunicaciones impuestos y normas mínimas para la instalación de antenas. En Argentina, y San Juan, es un tema que se habla hace décadas pero nunca los gobiernos hicieron algo concreto. El Diputado Juan Sansó, de ACTUAR, presentó ante la Cámara de Diputados provincial un proyecto justamente abocado a esta problemática y aseguró que “no  hay voluntad política”.

Además de no estar reguladas económicamente, producen un grave daño a la salud.

 

“No solamente se debía exigir que estén en orden, con planeamiento autorizado, telecomunicaciones, por el tema de la radiación, que son cosas que se exigen internacionalmente, sino que iba más allá: que cada una de estas antenas tribute a la municipalidad como corresponde”.

De esta manera lo explicó Sansó, que aseguró que los representantes de estas antenas las instalan por doquier, en lugares privados o viviendas, para que el Municipio no pueda intervenir. “Pedimos 1ue la municipalidades saquen ordenanzas y cobren tasas correspondientes a las antenas, porque estas telefonías ganan muchísima plata y no nos dan ningún servicio porque es pésimo”, indicó.

Según Sansó, es más fácil para estas empresas pagar una multa que manejarse legalmente, y apuntó al Gobierno Nacional, dado que no exige inversión.

“Tiene que ver con la política nacional que tiene una connivencia con las empresas que nos cobran servicio, no dan las prestaciones y lo peor es que no pagan nada ni invierten. Es más fácil pagar multa que invertir”, resaltó.

El impacto medio ambiental no es un tema menor, de hecho, es el más importante. Estas antenas emiten radiación y por eso en otros países se exigen normas determinadas para su instalación, que acá no se cumplen. Contaminación visual, auditiva y en la propia salud, ya que está comprobado que las ondas microondas que liberan estos aparatos afectan a largo plazo el sistema inmunitario humano, produciendo desde dolores de cabeza hasta deformaciones genéticas y cáncer.

El proyecto está presentado. La idea es consolidar el marco regulatorio y que las municipalidades no solo cobren impuestos por su instalación, sino que tenga injerencia plena en las cuestiones medioambientales.
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