La Cámpora se asienta con fuerza en las villas

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La agrupación kirchnerista multiplicó los locales en los asentamientos de Capital .Además hoy harán un congreso villero y redoblan la presión contra la urbanización de Macri.

Extensión. El grupo K se asienta con fuerza entre los que menos tienen.

 

Fuente: La Nación

En la puerta de Mujeres Unidas en Acción, Rosa Ortega atiende sin horario ni mostrador. Apenas aparece por la puerta del refugio de mujeres golpeadas que fundó en el corazón de Fátima, uno de los asentamientos de Villa Soldati, las demandas se amontonan: una vecina le pide un andamio para pintar su casa el fin de semana; otra le cuenta que vive hostigada por los anteriores propietarios de la casilla que habita con su familia.Ella promete ayudarlas.

Inmigrante paraguaya, de 45 años (30 de ellos en Fátima), Ortega es la presidenta de la junta vecinal y, desde 2009, también es dirigente de La Cámpora. "Primero me pidieron el local para registrar a unos cartoneros y, al poco tiempo, tenía a 22 pibes trabajando en la villa. Hoy hacemos pensiones, jubilaciones, cada vez encontramos más soluciones para los vecinos. Acá no hay chico que no tenga su asignación universal", cuenta, y luce orgullosa una remera de la agrupación creada por Máximo Kirchner.

El caso de Rosa es sólo una muestra de una política intensificada durante los últimos dos años: en el marco del Movimiento Villero Unidos y Organizados (UyO) y con el reclamo de la urbanización como bandera, La Cámpora reforzó la construcción política en las villas de la ciudad de Buenos Aires.

La agrupación tiene 24 espacios (unidades básicas, centros comunitarios o culturales, comedores, merenderos) en las 17 villas y 24 asentamientos existentes en la Capital, donde viven alrededor de 200.000 personas. La mayoría de esos locales se abrieron en los últimos cuatro años; cuatro, en los últimos doce meses. "Hoy no hay villa de la ciudad en la que no haya presencia de La Cámpora", dijo a LA NACION "el Pitu" Alejandro Salvatierra, referente de Ciudad Oculta, otra incorporación de La Cámpora.

"La idea es darles el protagonismo a los líderes naturales de cada villa, a dirigentes que viven ahí. No se imponen liderazgos desde afuera", explicó, en diálogo con LA NACION, la legisladora porteña Paula Penacca, de La Cámpora. Los referentes villeros que se sumaron a UyO recibieron en 2012 un curso de formación política. Se los instruyó sobre economía, políticas sociales, urbanización, educación y seguridad.

La intensificación del armado político de La Cámpora en las villas se reflejó también en la presencia de referentes de la organización en las juntas vecinales, gobiernos formales de los asentamientos. Los cuatro que tienen presidente (villa 21-24, villa 20, Fátima y Los Piletones) están liderados por el kirchnerismo. Pro domina los cuerpos de delegados de dos de las villas más grandes, la 31 y la 1-11-14.

 

Batalla legislativa

La mayor presencia en el territorio tiene su correlato en una presión política creciente hacia el gobierno de Mauricio Macri, al que señalan por la falta de avances en la urbanización de los asentamientos. Con ese reclamo como bandera, UyO prepara para hoy el primer congreso villero de la Capital. Lo hará como parte de la Central por la Urbanización y la Vivienda Digna, un espacio que también integran la Corriente Villera Independiente y el resto de las organizaciones que hace casi 50 días mantienen una carpa de protesta en el Obelisco.

Esa misma central ya se movilizó el 19 de marzo hasta las puertas de la jefatura de gobierno porteño. La discusión también viene creciendo en la Legislatura. "Si bien la urbanización es una lucha histórica, hoy se ve más la necesidad de que los vecinos se organicen para frenar el avance del macrismo en la destrucción de lo conseguido", sostuvo Penacca, y detalló que el principal reclamo es que se cumplan con las leyes de urbanización ya sancionadas.

En Pro rechazan las críticas y afirman que ninguna gestión hizo tanto por la urbanización como la de Macri. "Hace tiempo que queremos avanzar con modificaciones de los códigos de edificación y de planeamiento para que los vecinos sean dueños de sus casas, pero encontramos resistencia de los opositores", dijo a LA NACION la legisladora Karina Spalla, presidenta de la Comisión de Planeamiento Urbano.

Mientras se preparan para el congreso villero, dirigentes que hacen huelga de hambre en la carpa instalada en el Obelisco destacaron el diálogo con La Cámpora, pero marcaron diferencias. "Ellos cuentan con recursos que las organizaciones independientes no tenemos. Muchos vecinos tienen colchones o antenas de televisión gracias a La Cámpora", dijo Alejandro, de La Garganta Poderosa. "Eso les permite un crecimiento más rápido, pero conlleva algunas limitaciones políticas: en tiempos electorales, hay cosas que no pueden decir", agregó.

Ajena a esas discusiones, Rosa Ortega asegura que la vida de los vecinos de Fátima mejoró con la llegada de La Cámpora. "Éste -dice señalando a un joven de gorrita que pasa por la puerta de su refugio llevando una carretilla con materiales- antes salía a robar, de caño, y ahora comparte la mesa con los gendarmes."

Después, invita a conocer un paredón pintado por la agrupación, con las figuras de Néstor Kirchner y Hugo Chávez, y confiesa un sueño: quiere que Cristina Kirchner visite la villa antes de terminar su mandato.
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