Pueblo ARGENTINO encontró el ANTÍDOTO contra el CORONAVIRUS

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Se trata de La Angelita, pueblo de Buenos Aires, donde sus habitantes son pioneros en medidas de prevención higiénicas.






Fuente: LA NACION - Crédito: Hernán Zenteno

"La higiene musulmana es uno de los mejores antídotos contra el coronavirus", afirma Muhammad Abdul Karim, Sheij (sacerdote) de 36 años a desde La Angelita, un pueblo a 300 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, en el Partido de General Arenales, donde la mitad de los 270 habitantes son musulmanes (descendientes de sirios). Completamente integrados, se rigen por los preceptos del Islam, tienen un nombre criollo, pero se reconocen en la comunidad por su nombre árabe. "Debemos rezar cinco veces al día (orientándose a La Meca) y siempre debemos lavarnos las manos", sostiene.

"Nosotros no compartimos el mate, por considerarlo antihigiénico", afirma el Sheij a Diario La Nación. Cada cual usa una bombilla individual, en tiempos de pandemia los practicantes del Islam son pioneros en medidas de prevención. "Todos hablamos y escribimos árabe y sufrimos mucho la cuarentena, nuestras ceremonias las hacemos por redes sociales", afirma Yamile Salomón (40 años), referente de la comunidad.


Fuente: LA NACION - Crédito: Hernán Zenteno Fuente: LA NACION - Crédito: Hernán Zenteno

La Angelita tiene un grupo de Whatsapp muy activo: cada familia musulmana debe tener un integrante dentro de él. "Nos contenemos, y nos pasamos las Salawat (rezos)", confirma el Sheij. "Las redes sociales son fundamentales para nosotros en cuarentena", expresa. La vida islámica es comunitaria, los rezos se hacen en grupo, las celebraciones y los eventos del culto, que no son pocos, necesitan del contacto con el otro. "Los primeros días de la cuarentena fueron muy duros, porque no sólo no podíamos rezar juntos, tampoco darnos abrazos, ni besos", sostiene Muhammad.

"Una de los momentos más tristes fue pasar Ramadán en cuarentena", recuerda Yamile. Desde el 22 de abril al 22 de mayo, toda la comunidad vivió en la soledad de sus casas el mes de ayuno, cuando siempre se hacía en comunidad. Se trata de unos de los momentos más esperados del mundo árabe. Durante un mes desde que sale la luna creciente hasta el ocaso (desde el amanecer hasta el atardecer) no está permito tomar ninguna bebida, ni comida, ni fumar, ni tener relaciones sexuales. Las mujeres embarazadas, con menstruación y enfermeros graves, están exceptuados. En La Angelita se sacrificó un novillo y cada familia tuvo su porción para la iftar, la cena nocturna.

"El virus se combate con dos cosas que los árabes inventamos hace siglos: la cuarentena y el lavado de manos", destaca Muhammad. La higiene musulmana es estricta. "Si tocamos algo crudo, jamás lo mezclamos con otro elemento", cuenta. "Tenemos la obligación de higienizarnos todos los días", completa. Recuerda que durante la peste negra, en España, los musulmanes tuvieron menos muertos por la higiene que enseña El Corán. "No somos bélicos, el Islam es paz con uno mismo y con el medio ambiente", explica para barrer con el prejuicio. "Allah nos dotó con algo que el resto de las criaturas no tienen, la libertad. Nosotros somos responsables de esa libertad", sentencia Muhammad.
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