Lo que se espera para el 2026 de la minería sanjuanina

Con proyectos con RIGI aprobado, obras en marcha y formación de mano de obra local, San Juan se prepara para un año clave en empleo, inversiones y desarrollo productivo.

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Gualcamayo

El cierre de 2025 encuentra a la minería sanjuanina en un momento de transición que empieza a mirar de lleno hacia el año que viene. Para el ministro de Minería, Juan Pablo Perea, la aprobación del Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones para Gualcamayo fue mucho más que un trámite administrativo. “Leí en algún medio que fue como un regalo de Papá Noel para la provincia”, dijo, y remarcó que San Juan fue una de las primeras en aplicar el régimen a un proyecto que opera en su territorio. “Es una muestra de confianza, tanto de los inversores como del Gobierno central, de que aprueben esta aplicación del RIGI a una operadora que está invirtiendo en nuestro territorio”, sostuvo.

Perea fue claro al definir el momento que atraviesa la actividad. “Ha sido un antes y un después para la explotación mineral”, afirmó, al repasar que hoy la provincia ya cuenta con dos proyectos con RIGI aprobado, como Los Azules y Gualcamayo, y con otras aplicaciones en marcha. Incluso recordó que, antes de la presentación de Vicuña, “el 40% de los RIGI aplicados en toda la Argentina estaban en la provincia de San Juan”, un número que, anticipó, seguirá creciendo.

El ministro insistió en que este escenario no es casual. “Nosotros siempre hablamos de tres etapas: la de las intenciones, la de las decisiones y la de las concreciones”, explicó. En ese sentido, aseguró que el trabajo de los últimos dos años estuvo enfocado en generar confianza. “Lo que debe hacer un gobierno es, con políticas públicas, dar previsibilidad. Hemos logrado que muchas empresas pasen de la intención a la decisión y ahora a la concreción”, señaló, convencido de que “con la espalda del RIGI estos proyectos van a avanzar”.

La expectativa social, especialmente en torno al empleo, atraviesa todo el debate minero y Perea no la esquivó. Reconoció que “las expectativas son normales”, pero pidió sinceridad a la hora de hablar de plazos. “Una mina de cobre no se construye de un día para otro”, advirtió, al recordar que durante años se habló de inicios que nunca llegaron porque faltaban condiciones clave. “Hoy muchos de esos casilleros están tachados: el riesgo país, el cepo cambiario, una herramienta como el RIGI, el financiamiento. Antes no estaban, ahora sí”, enumeró.

Con la mirada puesta en 2026, el ministro sostuvo que el mayor impacto en empleo llegará con la construcción. “Es ahí donde se espera el pico de toma de mano de obra y de servicios contratados”, explicó, aunque pidió “ir a paso firme” y controlar expectativas. “No es la gente la que debe controlarlas, somos nosotros los que tenemos que decir las cosas como son”, afirmó.

En paralelo, Perea destacó el trabajo que se viene haciendo para que cuando ese momento llegue haya sanjuaninos preparados. “Este año tuvimos alrededor de 300 egresados bajo el sistema de aulas híbridas”, señaló, y anticipó que “tenemos una planificación de 900 egresados para el año que viene”, en conjunto con la Universidad Nacional de San Juan y la Universidad Católica de Cuyo. “Decimos que el eje tiene que estar en el trabajo sanjuanino, pero también en estar a la altura de las circunstancias, y eso se logra con formación”, remarcó.

Calingasta aparece como uno de los ejemplos más claros de esa política. Perea recordó su primera visita a la escuela técnica local y no ocultó su impacto. “El potencial que tienen esos chicos es increíble. De ahí van a salir los futuros técnicos mineros, ingenieros y geólogos”, dijo. También reconoció que la infraestructura no estaba a la altura y explicó cómo se avanzó en su mejora. “Con 25 años de minería, era el único colegio técnico del interior que no se había desarrollado como correspondía. Hoy eso está cambiando”, aseguró, con la expectativa de que las nuevas aulas, talleres y sanitarios sean una realidad en los próximos meses.

La proyección hacia 2026 también incluye obras clave para el desarrollo minero. Sobre los caminos en Calingasta, el ministro confirmó que “la nueva traza no va a pasar por la villa” y que se trabaja en alternativas definitivas junto a Vialidad Nacional. “Una apertura de camino puede llevarte mucha inversión y una creciente te la puede destruir. Por eso buscamos algo definitivo, aunque sea más costoso”, explicó.

En ese mismo horizonte, Perea se mostró optimista. “Casposo empezó a producir, Alilán está próximo a hacerlo y Gualcamayo, con el RIGI, va a ampliar su capacidad”, enumeró, y resumió el escenario que viene con una frase contundente: “Creo que tenemos un 2026 muy promisorio”.

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