¿Por qué las calles pasaron su iluminación de amarillo a blanco?

Es una duda latente en muchas personas que recordamos la luz de la calle frente a casa con cierta tonalidad amarillenta, algo que es muy difícil ver al día de hoy y que ha sido gradualmente reemplazado por una intensa luz blanca, consultamos con el arquitecto Marcelo Galaburrí, quien explicó los motivos detrás de ello.

San Juan
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Si buscamos en nuestros recuerdos podremos rememorar imágenes de hace muchos años atrás, cuando salíamos a la calle por la noche y reinaba una clara tonalidad amarilla en todo el lugar. El asfalto, las casas, los locales, las plantas, todo se veía impregnado de un cálido color amarillento que teñía la visión. Al día de hoy todo ha cambiado y el blanco es el predominante en la escena actual, algo que siembra dudas respecto a esta modificación y que el arquitecto Marcelo Galaburrí explica los motivos.

Todo se debe a un motivo de percepción y eficiencia, años atrás la principal fuente de iluminación eran las que proveían las lámparas de sodio, cuyo uso era genérico en casi todos los espacios, incluso al día de hoy se siguen usando en diversos lugares, algo que “daba como una iluminación muy naranja a todo, y como que tonificaba de un solo color toda la iluminación, entonces las calles se veían como más cálidas, como una sensación más agradable” explicó el arquitecto, detallando algunos de los efectos.

Estas eran tan elegidas en su momento porque poseían una potencia mucho mayor respecto a otras opciones de la época, las mismas pueden alcanzar hasta 200 lúmenes por vatio, muy por encima de lo que bombillas incandescentes o fluorescentes de ese entonces podían ofrecer, pero agregaba ese característico filtro amarillento. Otro punto a destacar tiene que ver con que funcionaban bien en condiciones de frío o calor, por lo que eran útiles durante todo el año, además del factor económico, pues tenían un bajo costo de operación.

Pero con la aparición de las luces LED todo fue un antes y un después, pues desde el inicio ofrecieron una mejor calidad, mayor eficiencia y control inteligente. Marcelo explica que eso fue clave en la toma de decisiones para aplicar el cambio, pues las tonalidades y colores pudieron percibirse con más viveza “cuando las instalaron notaron una gran mejora, por ejemplo, al iluminar con blanco una mora, esta se ve verde como es, porque reproduce más el color, a diferencia de las de sodio, que cuando la mora se veía, por más que era verde, se veía un poco más naranja, no se reproducía 100% el color”.

No solo la imagen era la parte crucial, esta opción superó a las de sodio en todos los aspectos, pues las LED llegaron para ofrecer un consumo mucho menor de energía, entre un 60% a un 80% menos, y produciendo la misma cantidad.

Estos parámetros llevaron a modificar el aspecto de las noches sanjuaninas, pero las postales de las calles amarillas viven en la memoria de los nostálgicos, que recuerdan esos colores con el cariño de una época pasada.

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