Gisela tocó la campana de la esperanza tras finalizar su tratamiento contra el cáncer

En un emotivo acto realizado este jueves en la estación del ferrocarril de Paraná, la inspectora de Tránsito Gisela Gómez celebró la finalización de su tratamiento oncológico con el tradicional campanazo de la esperanza.

“Llegué hasta acá. Dios me dio batalla y fuerza, al igual que mi familia y mis compañeros, todos estuvieron apoyándome para llegar a este día. Todo es posible y hay que luchar y seguir adelante”, expresó la trabajadora municipal, quien lleva 17 años de servicio en la Municipalidad de Paraná.

La agente recordó que el proceso no fue sencillo: “Fue un trayecto muy largo, muy difícil de caminar, pero lo logré. Y así como yo, todos pueden lograrlo y salir adelante”.

En su testimonio, Gómez destacó el rol del entorno cercano: “En cada internación, mis compañeros daban un silbatazo para que yo supiera que estaban presentes, y eso me daba mucha fuerza. Cada vez que miraba al lado de mi camilla, había un familiar ayudándome. El círculo familiar te da fortaleza y valentía para continuar con el tratamiento”.

Además, valoró la labor médica en Paraná: “Estoy agradecida a todos los profesionales que estuvieron codo a codo para salvar una vida y nunca se dieron por vencidos. Uno piensa que se siente bien, pero al otro día te diagnostican un cáncer y es muy difícil de aceptar. Por eso es importante confiar en la medicina y en los médicos de Paraná, porque hoy salvaron una vida más”.

La inspectora instó a otras personas que atraviesan la enfermedad a “no darse por vencidos y confiar en los tratamientos”. “Es una batalla, pero se puede superar. Se puede vencer un cáncer”, afirmó con convicción.

Su pareja y una de sus hijas, Marlise, acompañaron la ceremonia. “Fue un camino difícil, pero se pudo lograr”, sostuvo su esposo. En tanto, la niña se mostró feliz por la recuperación de su mamá. “Siempre me vio levantarme y volver con más fuerza”, aseguró Gisela.

Con emoción, Gómez cerró: “Con fe y fuerza se puede salir adelante, volvemos a vivir, volvemos a nacer, con mucha fe, porque el tratamiento, así como empieza, se termina. Y hoy lo vivo con este campanazo de esperanza”.