La "renuncia feliz" de un sanjuanino a su puesto en el Centro Cívico para estar con su familia: "Me perdí cosas únicas"

A los 40 años, Diego Pereyra decidió romper con la rutina que lo ataba desde hacía 5 años a un empleo estatal en el Ministerio de Infraestructura, dentro del Centro Cívico. Con una trayectoria de más de dos décadas como licenciado en Higiene y Seguridad, eligió dar un giro en su vida para dedicarse a su propio emprendimiento y, sobre todo, para estar presente en la crianza de su hijo, Camilo, que tiene condición TEA, siempre acompañado de su esposa, Florencia.

“Era un trabajo monótono, sacrificado y sin posibilidades de crecer. Ahí no depende de vos, sino del gobierno de turno. Sentía que estaba atado y necesitaba libertad para decidir mi futuro”, contó Diego en diálogo con DIARIO MÓVIL.

Aunque su profesión le permitió desempeñarse en el sector privado y sumar asesorías externas, aseguró que la rigidez del empleo estatal lo alejaba de lo más importante, que era acompañar a su hijo en terapias, actos escolares y momentos únicos que no se repiten.

“Un acto del colegio, un 25 de mayo, un Día del Padre… son cosas únicas que me perdí. Recién este año pude festejar el Día del Padre con mi hijo”, recordó con emoción. Esa reflexión, sumada al desgaste de años de trabajo sin crecimiento real y con sueldos que no valoraban la profesión, lo llevaron a renunciar.

Ahora, junto a un colega y amigo, se dedicará a su emprendimiento, que llamaron ANSILTA Servicios, una empresa de higiene y seguridad laboral que asesora a compañías de diferentes rubros, incluida la minería. Con este paso, Diego busca independencia económica y la posibilidad de manejar sus propios tiempos.

La decisión, que compartió en redes sociales, no tardó en viralizarse. “Nunca pensé que iba a repercutir tanto. Subí la foto pensando solo en mis conocidos, pero enseguida llegaron cientos de mensajes. Muchos me dicen que sienten lo mismo, que quisieran renunciar pero no se animan”, contó.

En su publicación escribió: “Hoy en día renunciar no es para quienes están ligados o atados a una estructura agotadora y conformista. A veces es necesario parar la pelota, mirar para adelante, seguir nuevos objetivos y disfrutar el momento que no tenía. El tiempo pasa y no nos damos cuenta de cuán valioso es”.

Diego asegura que esta decisión es el inicio de una nueva etapa. “El Estado no siempre te salva. A veces te quita. Hoy me siento libre, dueño de mis decisiones y, lo más importante, puedo acompañar a mi hijo en todo lo que necesita”, cerró.