Reclamo a Nación por los más de 100 trabajadores de Ruta 40 suspendidos en San Juan

Las empresas afirman haber invertido más de 6 mil millones de pesos sin recibir los pagos correspondientes. UOCRA advirtió que los trabajadores quedarán sin sueldo por tres semanas y crece la tensión con el Gobierno nacional.

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Obra Ruta 40 2
Imagen ilustrativa.

La ampliación de la Ruta 40 Sur en San Juan quedó formalmente detenida desde este lunes debido a la falta de financiamiento nacional. La medida implica la suspensión, por 20 días y sin goce de sueldo, de 105 obreros que se encontraban ejecutando tareas en el tramo. Así lo confirmó la UOCRA, al advertir que la decisión de la Unión Transitoria de Empresas (UTE) a cargo de la obra se tomó ante la imposibilidad de continuar con los pagos salariales.

“Nos informaron que los fondos no llegan desde febrero. Hay al menos seis certificados sin cobrar y eso obligó a frenar la actividad”, explicó el secretario adjunto del gremio, Alberto Tovares. Señaló que el resto de la plantilla –unos 45 operarios más– fue redistribuido de manera parcial, aunque el grueso quedó sin tareas. “El ministro me dijo que harán todo lo posible para regularizar la situación”, agregó en referencia al contacto con el titular de Infraestructura, Fernando Perea.

Desde el sector empresarial, la preocupación es igual o mayor. Ante Dumandzic, gerente general de una de las firmas que integran la UTE, sostuvo que la situación es crítica: “El BID viene transfiriendo puntualmente los fondos a Economía de la Nación. Lo más grave es que esa plata no está llegando a la obra”. Según detalló, ya se acumulan cerca de 3 mil millones de pesos en certificados vencidos y otros 3 mil millones por vencer, lo que deja a las compañías en una situación insostenible. “Hoy la UTE lleva invertidos casi 6 mil millones de pesos y no ha recibido devolución alguna”, remarcó.

Dumandzic aseguró que tanto el gobernador Marcelo Orrego como el ministro Perea mantienen gestiones ante el Gobierno nacional para evitar el colapso del proyecto. “Saben que esta obra es vital para la provincia y que no puede detenerse”, insistió. Sin embargo, reconoció que el parate es un golpe muy duro. “Las 105 familias afectadas hoy están en la incertidumbre total. Es lo primero que te golpea. No saben qué va a pasar con su ingreso, con su vida cotidiana”.

Consultado sobre una posible rescisión del contrato, evitó entrar en detalles pero dejó claro que el escenario es cada vez más delicado. “Soy constructor, trato de mirar para adelante. Pero si esto sigue igual, habrá que tomar decisiones muy difíciles”, expresó.

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