Formosa define su futuro político en medio de denuncias de censura y maniobras para perpetuar el poder

La provincia de Formosa se prepara para una jornada electoral que podría marcar un antes y un después en su historia política. Este domingo no solo se renovará la mitad de los escaños en la Legislatura unicameral, sino que también se definirán 30 convencionales constituyentes encargados de redactar una nueva Constitución. El trasfondo, sin embargo, está cargado de tensión política, acusaciones cruzadas y un fuerte clima de sospecha.

El llamado a reformar la Carta Magna provincial llegó poco después de que la Corte Suprema de Justicia declarara inconstitucional la reelección indefinida que habilitaba la continuidad de Gildo Insfrán al frente del Ejecutivo. Para la oposición, el proceso constituyente es un intento del mandatario de sortear el fallo y garantizarse una nueva reelección.

Desde el Frente Amplio Formoseño, principal espacio opositor, advierten que el gobernador no solo busca volver a instalar su permanencia en el poder, sino también incluir artículos que limiten el uso libre de redes sociales. “Quiere controlar el único canal donde la oposición puede expresarse y denunciar lo que pasa en la provincia”, afirmó Gabriela Neme, referente de Nuevo País, una de las listas que integran la alianza.

Formosa mantiene vigente desde 1987 la polémica ley de lemas, un sistema que permite sumar votos entre sublemas dentro de una misma fuerza. Este año, competirán cuatro espacios: el oficialismo peronista, el Frente Amplio Formoseño (con tres listas internas), La Libertad Avanza (que debuta con dos listas) y Libres del Sur. En total, habrá 78 boletas.

La estrategia opositora de dividirse en varias listas dentro del mismo lema tiene un objetivo: maximizar los votos en un sistema que históricamente favoreció al oficialismo. “Sabemos que cada voto cuenta y al final vamos a estar todos juntos para frenar los atropellos”, explicó Neme, quien confía en que la oposición puede hacer una “elección histórica” y alcanzar al menos 16 convencionales.

Pero la campaña no ha sido pacífica. En las últimas semanas, hubo denuncias de agresiones físicas a dirigentes, maniobras de clientelismo electoral y hostigamiento a referentes opositores. Uno de los hechos más graves ocurrió cuando la diputada radical Agostina Villaggi denunció haber sido golpeada por una patota durante una recorrida por el barrio Lote 111, en la capital provincial. En un video, relató entre lágrimas cómo fue atacada y apuntó directamente contra Marcelo Sosa, concejal del oficialismo que busca renovar su banca.

Otro escándalo lo protagonizó Francisco Paoltroni, senador nacional, quien difundió imágenes en las que el intendente de El Colorado, Mario Brignole, explica a vecinos cómo se intercambian votos por alimentos. El mismo Brignole había enfrentado a Paoltroni a caballo semanas antes, en un gesto que fue interpretado como un acto de intimidación.

Miguel Montoya, presidente de la UCR en Formosa, fue contundente: “Esta elección puede frenar la trampa institucional que intenta aplicar Insfrán. Quiere simular que acata el fallo de la Corte, pero incluiría una cláusula transitoria para que la prohibición de reelección corra recién a partir del próximo mandato”.