Lágrimas de emoción: tras una década de espera lograron tener su casa propia

ntre las 112 familias que este miércoles recibieron su vivienda en el barrio Los Surcos, de Chimbas, se encontraba Vanesa, con una emoción que no podía disimular. Su historia es una de esas que conmueven por la paciencia, el esfuerzo sostenido y la esperanza que nunca se perdió. Esperó diez años para tener su casa propia, y cuando finalmente le entregaron las llaves, apenas podía contener las lágrimas.

Hasta ahora, Vanesa había vivido alquilando, mudándose varias veces junto a su pareja y sus tres hijos. Durante la entrevista realizada por DIARIO MÓVIL, contó que incluso habían pasado por distintos departamentos: Rivadavia, Capital, Chimbas. Pero ahora podrán establecerse, por fin, en un hogar que no sólo es suyo, sino que también está acondicionado para las necesidades de una de sus hijas, de 10 años, que tiene una discapacidad motriz. Esa situación hizo aún más difícil lidiar durante tantos años con la falta de un techo propio.

Hoy, más de 110 familias sanjuaninas cumplen el sueño de la casa propia

“Me siento muy contenta, la verdad que estoy muy feliz”, expresó con la voz entrecortada. A su lado estaba su pareja, también visiblemente emocionado. “Esto es impagable”, dijo él al referirse a la comodidad que su pequeña tendrá a partir de ahora.

La historia de Vanesa se convirtió en una de las más emotivas de esta entrega, organizada por el Gobierno de San Juan y encabezada por el gobernador Marcelo Orrego. Durante el acto, el mandatario destacó la importancia de este tipo de políticas habitacionales: “Muchas familias están esperando hace muchos años esa posibilidad de tener su techo propio. Es una enorme satisfacción poder dar esta respuesta concreta y generar, además, puestos de trabajo para los sanjuaninos”.

La jornada coincidió con el Día del Obrero de la Construcción, lo que sumó un componente simbólico al reconocer a quienes hicieron posible estas viviendas. Pero más allá de los actos oficiales, cada entrega abrió una historia personal, como la de esta familia que, después de años de inestabilidad, finalmente podrá echar raíces en un lugar propio.