El campeonato es para los grandes

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Boca campeón
Boca campeón
 

Volvió Boca y su vuelta olímpica confirma una tendencia de época: los grandes se reinstalan como dominadores, la gloria se la disputan unos pocos, los más poderosos y con más historia. Los campeones que precedieron a Boca son Racing, River y San Lorenzo. Hacía once años que no se producía una secuencia de este tipo, con los grandes coronando cuatro torneos consecutivos.




 



 

Un grande siempre necesita ser campeón, y en el caso de Boca, esa aspiración recurrente se había convertido en una urgencia, en una exigencia impostergable, admitida sin vueltas por Arruabarrena. Con el título, Boca cerró una deuda de cuatro años, período que se fagocitó nada menos que a Bianchi, que en los dos ciclos anteriores se construyó como el entrenador más ganador de la historia.

El formato de los 30 equipos ayudó a esta segmentación entre más fuertes, resistentes y débiles. El descenso involucra a cuatro equipos que se habían hecho un lugar en esa generosísima e injustificable promoción de los diez ascensos. Crucero del Norte experimentó con crudeza la inferioridad de recursos. Y Nueva Chicago, Temperley y Huracán -un caso aparte por sus tentaciones coperas- harán el último esfuerzo para no regresar a la B Nacional.

Sin llegar a ser España (Barcelona, Real Madrid y el tenaz Atlético de Madrid), Alemania (omnipresente Bayern Munich), Francia (inabordable (PSG), Inglaterra (Chelsea y los dos Manchester) ni Italia (póker de scudettos de Juventus), en la Argentina en los últimos años se disolvió bastante la democratización de candidatos al título.
El Newell's del Tata Martino fue el último campeón antes de que empezara la hegemonía de los grandes.

Previamente, Vélez, Estudiantes. Argentinos, Arsenal y Banfield complacían el modelo de gestión de Julio Grondona, cuyo poder se sustentaba en que los que menos tienen se puedan sentir importantes y protagonistas de alguna página histórica. Era la socialización del éxito para que todos se sintieran deudores de esa AFA que los contenía y no se olvidaba de ellos. Hoy, esos equipos sienten nostalgia de aquellos momentos, que parecen lejanos e inalcanzables para estos planteles de bajo presupuesto y calidad.

Esa revolución de los más chicos coincidió con la implosión institucional y deportiva que llevó a River e Independiente a la B Nacional. En la actualidad, las jerarquías parecen más delimitadas. De alguna manera, se vuelve a un cierto ordenamiento histórico. Los derechos de televisión también establecen una diferencia de clase: River y Boca reciben por año cinco veces más ($62,4 millones contra 12.000.000) que los 10 ascendidos. En el medio están Racing, Independiente, San Lorenzo y Vélez (46,8 millones), y una tercera escala de 14 clubes (34,8).

Los grandes se recompusieron para ser la locomotora del fútbol argentino, y Boca es el último en cumplir con su destino.

 

Fuente: La Nación.-
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