Las batallas que se vienen en el Congreso

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En caso de ganar el ballotage, Macri buscará remover de sus cargos a Gils Carbó y a Vanoli, pero necesitará para ello negociar un amplio acuerdo legislativo.








 

En un eventual gobierno de Mauricio Macri, el Congreso se convertirá en el protagonista estelar del escenario político. Allí se pondrá a prueba la destreza del futuro bloque oficialista para tejer las mayorías que no tendría a partir del 10 de diciembre. Y la primera prueba de fuego no sería nada sencilla: desbancar a Alejandro Vanoli y a Alejandra Gils Carbó de sus respectivos cargos del Banco Central (BCRA) y de la Procuración General.

De profunda raigambre kirchnerista, Vanoli y Gils Carbó tienen mandato más allá del 10 de diciembre próximo. Macri ya anticipó que, de resultar elegido, les pedirá a ambos su renuncia y que, si se rehúsan, activará los resortes del Congreso para provocar su salida con la presión de la opinión pública. Pero la operatoria parlamentaria no es tan sencilla, pues el eventual bloque oficialista de Cambiemos no tendría los votos suficientes. Sobre todo para el caso de Gils Carbó, que goza por ley de estabilidad hasta los 75 años y su remoción exige las mismas mayorías agravadas en ambas cámaras que para destituir a un juez de la Corte Suprema. Es decir, los dos tercios de los miembros presentes para la acusación en la Cámara de Diputados y la misma mayoría para el Senado.

En el caso de Vanoli, la Carta Orgánica del BCRA es más flexible. Allí se establece que su titular sólo puede ser removido si el presidente lo acusa de incumplir sus deberes. Vanoli ya recibió su primera denuncia penal de Cambiemos: los diputados Mario Negri (UCR) y Federico Pinedo (Pro) pidieron el viernes último que se lo investigue por presuntas maniobras irregulares con la venta de dólares a futuro, lo que convertiría al BCRA en tierra arrasada en reservas cuando arribe el nuevo gobierno. La denuncia recayó en el juzgado federal de Claudio Bonadio.

Para remover a Vanoli o a cualquier miembro del directorio del BCRA de su cargo, el nuevo presidente deberá contar "con el previo consejo (vinculante) de una comisión del Honorable Congreso de la Nación". Así lo estipula el artículo 9 de la Carta Orgánica. Dicho cuerpo, encabezado por el presidente del Senado, debe integrarse con los presidentes de las comisiones de Presupuesto y de Economía de esa cámara y por los presidentes de las comisiones de Presupuesto y de Finanzas de la Cámara de Diputados.
Vanoli ya expresó que no tiene previsto renunciar. Y cuestionó las intenciones de la oposición de desplazarlo de su cargo.

"Quieren hacer creer burdamente que estamos usurpando lugares, pero los miembros del directorio del Banco Central son nombrados por el Poder Ejecutivo y avalados por el Senado, que representa a todas las provincias. No parece importarles el respeto institucional", criticó Vanoli. Así las cosas, la situación no se presentaría tan fácil. Para la oposición de Cambiemos, la mejor alternativa sería la renuncia acordada de ambos funcionarios. Evitaría así el desgaste de la confrontación y de una eventual derrota parlamentaria.

Alianzas en puerta

Los diputados de Cambiemos, conscientes de su inferioridad numérica en ambas cámaras saben que, de llegar al gobierno, deberán negociar con otros bloques para sancionar sus leyes. La intención, a priori, es ir con una agenda propositiva que evite confrontaciones innecesarias y que, por el contrario, genere confianzas que faciliten los acuerdos. Así lo anticipó Patricia Bullrich, quien suena como futura jefa de bloque de Pro.

"Vamos a recuperar el Congreso. Con el nuevo gobierno dejará de ser una escribanía. La prioridad será crear un marco de estabilidad parlamentaria que permita la sanción de las leyes, con debate", expresó Mario Negri, jefe del bloque radical

Más allá de la satisfacción por el resultado de las urnas, en el radicalismo predomina cierta ansiedad. "Después de las elecciones no tuvimos una conversación seria con Macri sobre qué tipo de gobierno pretende construir si él es elegido presidente", admitieron dentro del centenario partido. "Los que tienen que mover son ellos (por los dirigentes de Pro). Aquí no se trata de una cuestión de cargos; queremos saber si para Macri somos simples adherentes del gobierno o si vamos a conformar un gobierno de coalición", especularon.

Bullrich descontó que si Macri es elegido presidente habrá un gobierno nacional de coalición. Y que en el Parlamento se conformará un interbloque entre la UCR, Pro y la Coalición Cívica. Pero aun así, todos juntos, no reúnen la mayoría suficiente para el quórum propio. La clave, entonces, será reunir apoyos del PJ y de los partidos provinciales hoy aliados al kirchnerismo pero cuyos gobiernos distritales quedarán a la intemperie si el FPV pierde la presidencia.

 

Fuente: La Nación.-
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