Fuerte rechazo del sector farmacéutico sanjuanino a la venta libre de medicamentos

El Gobierno Nacional implementó, mediante el decreto 1024/2024 publicado este miércoles en el Boletín Oficial, una nueva normativa que permite la exhibición y compra directa de medicamentos de venta libre desde las góndolas de farmacias, eliminando la necesidad de intermediación. La medida, firmada por el presidente Javier Milei y el ministro de Salud, Mario Lugones, busca facilitar el acceso del público general a este tipo de productos.

Sin embargo, el decreto ha generado una ola de críticas en el sector farmacéutico, particularmente por la posibilidad de que los medicamentos de venta libre puedan ser comercializados fuera de farmacias habilitadas. En este contexto, el ex-presidente del Colegio Farmacéutico de San Juan, Mauricio Barceló, expresó un enérgico repudio a la disposición.

“Un medicamento de venta libre no significa que pueda venderse en cualquier lugar. Estos productos requieren condiciones especiales de conservación, manipulación y respaldo profesional. La medida podría fomentar la venta en kioscos, donde no se garantiza el control adecuado de temperatura ni la supervisión de personal capacitado”, declaró Barceló.

El ex-presidente destacó además que incluso los medicamentos sin receta pueden representar riesgos graves si se administran de manera incorrecta. “Un medicamento de venta libre puede provocar la muerte si está mal administrado o no es aconsejado por un médico o farmacéutico. No se trata de productos comunes; la simbología galénica, con la copa y la serpiente, refleja tanto su beneficio como su potencial peligrosidad”, agregó.

Barceló también advirtió sobre el impacto económico que la medida podría tener en las farmacias, así como los riesgos asociados a un posible aumento del mercado negro y la circulación de productos apócrifos. Según sus palabras, esta decisión podría abrir la puerta a medicamentos sin fecha de vencimiento, lote explícito o incluso fraccionados sin control, alejándose de los canales oficiales de distribución y tributación.

“No estamos hablando de artículos comunes como medias o anteojos de sol. Los medicamentos son productos que las personas consumen con la esperanza de mejorar su salud. Una comercialización indiscriminada pone en peligro esa confianza”, concluyó Barceló.

El debate sobre esta normativa se suma a las disposiciones de los decretos 70/23 y 63/24, que ya diferenciaban entre la venta de medicamentos bajo receta y los de venta libre, limitando la comercialización de los primeros exclusivamente a farmacias habilitadas con la presencia de un farmacéutico responsable. Mientras el Gobierno defiende esta medida como un paso hacia una mayor accesibilidad, el sector farmacéutico advierte sobre los riesgos sanitarios y económicos que podría conllevar.