¿Qué pasa con el precio de las frutas y verduras?

Economía
Consumidores se quejan de la distorsión en la cadena frutihortícola. Dicen que en la góndola se paga ocho veces más que lo que recibe el productor. ¿Es tan así?








Ocho veces más es lo que calculó la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) mediante el Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD) que elabora el Departamento de Economías Regionales de la entidad, que analizó el comportamiento de una canasta de 20 productos agropecuarios en los primeros días de este mes.

El relevamiento encuentra casos extremos, como el de la uva de mesa, por la que se abona 48,9 veces más en góndola que en el sector primario. "Es la época de menor consumo del año", sostiene el informe. Otros rubros en los que se detectaron grandes diferencias fueron naranja (14,7 veces), manzana roja (13,4), pera (12,9), arroz (11,64) y limón (9,8).

"La amplia brecha entre el precio de origen y el precio de destino es un reflejo de las distorsiones en los valores de los productos que se producen hacia el interior de la cadena alimentaria, donde el productor es el principal perjudicado", señala CAME. Y añade: "Si bien hay productos que tienen estacionalidades, las diferencias llegan a ser injustificables".
En frutas y verduras, los consumidores pagan hasta ocho veces más en promedio de lo que percibe el productor en el campo.

También hay diferencias sustanciales en acelga (6,76 veces), leche (4,68) y papa (3,54), entre otros. Según CAME, los problemas que confluyen para que se produzcan estas diferencias son "la cadena de intermediarios que, en algunos casos, aplican porcentajes de beneficios excesivos", quedándose con buena parte de la renta; fallas estructurales, como el alto costo de producción por los elevados costos de logística y de fletes en zonas extrapampeanas, y los "costos impositivos excesivos que se pagan a nivel nacional, provincial y municipal".

El otro factor que, para CAME, provoca esta brecha es "la concentración de las ventas en el Mercado Central" y la falta de mercados regionales, entre otros. "El productor agropecuario y el consumidor minorista son los dos eslabones perjudicados por el formato comercial", sostiene CAME. La primera entidad en advertir sobre la brecha entre lo que cobra un productor y lo que abona un consumidor fue Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) en su trabajo "De la tierra a la mesa".

 

Fuente: La Nación.-
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