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Daniela, una luchadora sanjuanina que venció el cáncer: "Mi misión era pasar por esto, para ayudar a otros"
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Se trata de María Daniela Illanes Fernández, una gran luchadora sanjuanina y sobreviviente del cáncer de mama. Ella asegura que las terapias alternativas le ayudaron a curarse.
María Daniela Illanes Fernández es una maestra jardinera sanjuanina (33) que tras vivir 10 años en Chile, hace poco volvió a San Juan en búsqueda de un mejor pasar. Aquí en la provincia la diagnosticaron con cáncer de mamá y en tan solo 11 meses se curó. Diario Móvil pudo dialogar con ella y contó los duros momentos que tuvo que atravesar.
«Pasé bastantes necesidades en Chile, en esos 10 años me titulé de Maestra Jardinera y me divorcié de mi pareja. Fueron años de mucho estudio, mucho esfuerzo y finalmente lo pude lograr. Además trabajé mucho, tuve que hacerme microempresaria por la crisis chilena. Sumado a eso tuve una pérdida de embarazo, eso fue muy duro para mí», cuenta emocionada Daniela.
Así, tuvo que cerrar un capítulo en su vida y volver a San Juan justo antes del comienzo de la pandemia pero nada se volvió fácil con esta decisión, y es que a meses de haber vuelto, Daniela comenzó a notar bultos extraños en el pecho que la hicieron preocupar: «Vine en el último bus que salió de allá para Argentina, por eso tuve que pasar casi 16 días en aislamiento. La pasé mal, tuve ansiedad y ataques de pánico. Luego de eso, al mes y medio me entero que tengo una pelotita en la mama. De urgencia me fui a hacer estudios. Todos pensamos que no era nada pero resultó que era un carcinoma y así comenzaron los otros estudios».
Daniela se sometió a quimioterapia, «fueron 8 sesiones cada 21 días», aclaró. El médico que la atendía decidió a mitad de la terapia ver si había reducción para poder operar y resultó que el tumor se redujo 5 veces su tamaño. El médico sorprendido le preguntó a Daniela si estaba complementando la quimioterapia con algo más y ella le enumeró todo lo que hacía: «Hice meditación, oraciones, Reiki, musicoterapia, bioterapia, lectura en internet sobre la enfermedad. Trabajé las emociones reprimidas y al ver la raíz del problema logré decodificarlo y con eso logró sanar más rápido. También ayudó a otros con decodificar su raíz».
Daniela desde un primer momento quiso vencer la enfermedad y nunca se rindió, por esto, para sacarse el miedo a lo desconocido comenzó a estudiar la enfermedad: «Internet y las redes sociales fueron muy importantes para mi, fueron una mano de ayuda. Yo no veo al cáncer como una enfermedad sino como un síntoma de algo que nos quiere decir nuestro cuerpo. Cambié esa relación que todos tienen del cáncer con la muerte y pude verlo como una oportunidad de cambiar, de no pensar en los demás, sino en hacer un «stop». La pandemia también me ayudó a estar conmigo misma».
«Llevo bastante tiempo con meditación, eso me ayudó a estar más tranquila, a calmar mis ansiedades, mis miedos. Además aprendí a calmar dolores con la musicoterapia, cuando tenía un dolor buscaba música en Youtube para sanar eso y así dejaba de sentir dolor. Eso es lo que yo comparto», aseguró Daniela .
Para Daniela fue fundamental tener a un compañero terapéutico, que fue su papá: «me acompañaba a todos mis trámites, fue mi pilar».
Además, Daniela es instructora de Zumba, y eso la benefició muchísimo para tener una rutina saludable y activa, «la quimioterapia fue eficaz pero tenía que poner más de mí».
A esta luchadora sanjuanina también se le ocurrió hacer un grupo de WhatsApp para personas con cáncer que quieran aprender sobre la enfermedad y sobre terapias alternativas, que a ella le salvaron la vida: «Yo sabía lo que era estar sola, con el tema de la pandemia se dificulta ir a consultar personalmente a los médicos. El grupo se llama «Nueva Esperanza», ya somos 200 mujeres, empezó con sanjuaninas pero ahora se sumaron de todas partes del mundo». Además de Daniela, en el grupo ayudan Fabiola, una coach de México.
Daniela además comenzó a dar charlas de motivación para ayudar a los pacientes con cáncer y próximamente hará una de «Meditación». Todo está subido en sus redes sociales.
Luego de la operación donde le extrajeron 11 ganglios y la cuarta parte de la mama, descubrieron que ya no había más tumor y que está sana. «El 18 es mi último control para corroborar este informe, pero podría decir que ya estoy fuera de la enfermedad. Sigo con mucha fe, muchas ganas y optimismo. Quiero que entiendan que esta enfermedad no lleva a la muerte, que se puede salir adelante, que debemos escuchar a nuestro cuerpo, que es muy importante la actitud frente a la vida, hay que estar agradecida, hay que vibrar alto», aseguró feliz.
Como si fuera poco, Daniela está escribiendo un libro «Lo que callamos por el lazo rosa» para inspirar a más mujeres que atraviesan esta enfermedad y que necesitan palabras de ayuda para vencerla.
Finalmente, María Daniela quiso agradecer a todo el personal del Hospital del Marcial Quiroga que tuvo un acompañamiento médico y humano impecable. Además, agradeció a su padre Daniel, a su mamá María, sus hermanos José Miguel y Catalina y su novio que reside en Chile, Bryan.
«Mi plan de vida, mi misión era pasar por esto a flor de piel para que con esto pueda ayudar a otros. Muchas tienen miedo a los tratamientos, pero yo doy fe que sanan y que es cuestión de tener confianza en los profesionales y en los tratamientos. Además hay que se resiliente, empático, hay que ser amor porque el amor es lo que sana», concluyó Daniela.
María Daniela Illanes Fernández es una maestra jardinera sanjuanina (33) que tras vivir 10 años en Chile, hace poco volvió a San Juan en búsqueda de un mejor pasar. Aquí en la provincia la diagnosticaron con cáncer de mamá y en tan solo 11 meses se curó. Diario Móvil pudo dialogar con ella y contó los duros momentos que tuvo que atravesar.
«Pasé bastantes necesidades en Chile, en esos 10 años me titulé de Maestra Jardinera y me divorcié de mi pareja. Fueron años de mucho estudio, mucho esfuerzo y finalmente lo pude lograr. Además trabajé mucho, tuve que hacerme microempresaria por la crisis chilena. Sumado a eso tuve una pérdida de embarazo, eso fue muy duro para mí», cuenta emocionada Daniela.
Así, tuvo que cerrar un capítulo en su vida y volver a San Juan justo antes del comienzo de la pandemia pero nada se volvió fácil con esta decisión, y es que a meses de haber vuelto, Daniela comenzó a notar bultos extraños en el pecho que la hicieron preocupar: «Vine en el último bus que salió de allá para Argentina, por eso tuve que pasar casi 16 días en aislamiento. La pasé mal, tuve ansiedad y ataques de pánico. Luego de eso, al mes y medio me entero que tengo una pelotita en la mama. De urgencia me fui a hacer estudios. Todos pensamos que no era nada pero resultó que era un carcinoma y así comenzaron los otros estudios».
Daniela se sometió a quimioterapia, «fueron 8 sesiones cada 21 días», aclaró. El médico que la atendía decidió a mitad de la terapia ver si había reducción para poder operar y resultó que el tumor se redujo 5 veces su tamaño. El médico sorprendido le preguntó a Daniela si estaba complementando la quimioterapia con algo más y ella le enumeró todo lo que hacía: «Hice meditación, oraciones, Reiki, musicoterapia, bioterapia, lectura en internet sobre la enfermedad. Trabajé las emociones reprimidas y al ver la raíz del problema logré decodificarlo y con eso logró sanar más rápido. También ayudó a otros con decodificar su raíz».
Daniela desde un primer momento quiso vencer la enfermedad y nunca se rindió, por esto, para sacarse el miedo a lo desconocido comenzó a estudiar la enfermedad: «Internet y las redes sociales fueron muy importantes para mi, fueron una mano de ayuda. Yo no veo al cáncer como una enfermedad sino como un síntoma de algo que nos quiere decir nuestro cuerpo. Cambié esa relación que todos tienen del cáncer con la muerte y pude verlo como una oportunidad de cambiar, de no pensar en los demás, sino en hacer un «stop». La pandemia también me ayudó a estar conmigo misma».
«Llevo bastante tiempo con meditación, eso me ayudó a estar más tranquila, a calmar mis ansiedades, mis miedos. Además aprendí a calmar dolores con la musicoterapia, cuando tenía un dolor buscaba música en Youtube para sanar eso y así dejaba de sentir dolor. Eso es lo que yo comparto», aseguró Daniela .
Para Daniela fue fundamental tener a un compañero terapéutico, que fue su papá: «me acompañaba a todos mis trámites, fue mi pilar».
Además, Daniela es instructora de Zumba, y eso la benefició muchísimo para tener una rutina saludable y activa, «la quimioterapia fue eficaz pero tenía que poner más de mí».
A esta luchadora sanjuanina también se le ocurrió hacer un grupo de WhatsApp para personas con cáncer que quieran aprender sobre la enfermedad y sobre terapias alternativas, que a ella le salvaron la vida: «Yo sabía lo que era estar sola, con el tema de la pandemia se dificulta ir a consultar personalmente a los médicos. El grupo se llama «Nueva Esperanza», ya somos 200 mujeres, empezó con sanjuaninas pero ahora se sumaron de todas partes del mundo». Además de Daniela, en el grupo ayudan Fabiola, una coach de México.
Daniela además comenzó a dar charlas de motivación para ayudar a los pacientes con cáncer y próximamente hará una de «Meditación». Todo está subido en sus redes sociales.
Luego de la operación donde le extrajeron 11 ganglios y la cuarta parte de la mama, descubrieron que ya no había más tumor y que está sana. «El 18 es mi último control para corroborar este informe, pero podría decir que ya estoy fuera de la enfermedad. Sigo con mucha fe, muchas ganas y optimismo. Quiero que entiendan que esta enfermedad no lleva a la muerte, que se puede salir adelante, que debemos escuchar a nuestro cuerpo, que es muy importante la actitud frente a la vida, hay que estar agradecida, hay que vibrar alto», aseguró feliz.
Como si fuera poco, Daniela está escribiendo un libro «Lo que callamos por el lazo rosa» para inspirar a más mujeres que atraviesan esta enfermedad y que necesitan palabras de ayuda para vencerla.
Finalmente, María Daniela quiso agradecer a todo el personal del Hospital del Marcial Quiroga que tuvo un acompañamiento médico y humano impecable. Además, agradeció a su padre Daniel, a su mamá María, sus hermanos José Miguel y Catalina y su novio que reside en Chile, Bryan.
«Mi plan de vida, mi misión era pasar por esto a flor de piel para que con esto pueda ayudar a otros. Muchas tienen miedo a los tratamientos, pero yo doy fe que sanan y que es cuestión de tener confianza en los profesionales y en los tratamientos. Además hay que se resiliente, empático, hay que ser amor porque el amor es lo que sana», concluyó Daniela.
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