Difícil panorama en el "rojo" de Avellaneda

Si Independiente sufriera la peor de las condenas futbolísticas, el descenso, el medio campista Fabián Vargas sería uno de los pocos que se salvarían de la bronca de la gente.

Aprietes. Las pintadas en zonas de entrenamiento se ponen más violentas.

 

Los aprietes de la hinchada han llevado a que el Rojo se tenga que entrenar custodiado, y aunque el volante no es el apuntado por los hinchas, se quejó por la delicada situación en la que trabajan. "Parece que uno estuviera haciendo algo malo, como si uno fuera ladrón, y creo que no deberíamos llegar hasta este punto", protestó.

El futbolista colombiano pidió calma y admitió las complicaciones de trabajar con la presión de los aprietes. "Si bien a mí me quieren bastante, es difícil así... Hay diez o quince personas que piensan que con violencia arreglan todo, y están totalmente equivocados", afirmó.

El jugador, que volvió a entrenarse con normalidad después de un esguince de tobillo, fue incluido por el técnico Miguel Brindisi en la formación titular, y se mostró concentrado de cara al choque con Argentinos Juniors en la próxima fecha. "El presente nuestro es el partido con Argentinos, y vamos a seguir trabajando, para conseguir una victoria que nos ayude desde la parte anímica".