Alarma en Rawson por incendios subterráneos que amenazan a una escuela

La Escuela Berrutti se ha convertido en un potencial peligro y trampa para los 130 alumnos que asisten. Cualquiera de los chicos que dé un paso en falso, puede hundirse y sufrir serias lesiones por los incendios subterráneos.

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El fenómeno no es nuevo, al menos los primeros datos de este fenómeno se conocen desde el año 1999, cuando la Escuela Maestro José Berrutti, ubicada en Calle 6 y Labrador de Colonia Rodas, quedó a merced de los incendios subterráneos. En ese entonces, a pedido de Mauricio Ibarra, concejal por ese entonces, se solicitó la colaboración de una brigada especial contra incendios ubicada en el sur del país. Pero la llegada de estos efectivos fue totalmente en vano. Este hecho único en el país no podía ser combatido por ellos debido a que su especialidad era el fuego superficial.

Desde entonces la amenaza sigue y asecha a unas 300 familias que viven en un radio de 30 cuadras desde hace 16 años. Ahí la situación es en extremo grave, además de compleja de resolver. Animales, como también niños y adultos, han sufrido quemaduras al hundirse en el terreno. En sus entrañas la tierra se quema lentamente, sin dar ninguna señal de que ello ocurre. Así fue que en menos de 15 días se hundieron en la zona un técnico del Ministerio de Educación y un policía que sufrieron severas lesiones.

Pese a ello, nadie ha tomado en dimensión que los vecinos como los niños que asisten a la escuela están en serio peligro. La única solución que se ha adoptado es rodear el perímetro del establecimiento educativo con una zanja a 30 metros de distancia. A ella se bombea agua las 24 horas, a fin de mantener la humedad del terreno para que el incendio no avance y llegue a las aulas.




Así el paliativo supone un doble riesgo, el primero es que el terreno también comience a ceder por el excesivo flujo de agua que lentamente puede producir una licuefacción del terreno ocasionando el desplome de alguna parte de la instalación. También el fuego interno de la turba por la sequía puede ocasionar que la tierra ceda al peso del edificio. Por ello la escuela está a merced de los dos fenómenos, uno tan peligroso como el otro.

 

Es decir, solo es un paliativo que refuerza la hipótesis de abandono tanto del Municipio como de la Provincia. Una zanja que supone la solución para que no pase el fuego también configura una perfecta trampa caza bobos para los alumnos. La zanja, apenas está vallada con malla plástica, rota en algunos casos, tirada en el piso o inexistente en otros.

También la estructura de la bomba de agua es otro flanco altamente peligroso. No posee señalización de shock eléctrico, su instalación eléctrica son cables aéreos al alcance de la mano de un alumno.

 

La improvisación con que se ha tratado el tema es alarmante, el equipo de Legisla San Juan vulneró fácilmente el predio escolar y comprobó como un niño en un descuido se puede electrocutar, caer al zanjón con tres metros de profundidad o quemarse sin que en la escuela se enteren.

 

Los 130 niños que asisten a la jornada completa de la Escuela Berruti parecen no importarle a los hermanos Gioja, uno Intendente y otro Gobernador, cuyas fincas en la zona están bien cuidadas.




 

Pero hasta ahora ninguna medida precautoria, ha sido tomada en cuenta. En la zona, no existe demarcación alguna que advierta el real peligro. Tampoco los campos que tienen fuego bajo su superficie están cercados. Y también el cóctel se potencia si tenemos en cuenta que en la zona no hay servicio de salud. Ninguno de los puestos sanitarios del lugar, como tampoco el CIC del Médano de Oro, cuenta con ambulancia o médico de guardia.

 

El abandono por parte del Estado en la Colonia Rodas es total. Poco importa si un niño se quema, queda incapacitado o muere. Los votos de esos vecinos no definen una elección, por lo tanto seguirán siendo parías dejados a su buena suerte. La vida de un niño medanero pobre no tiene precio, no vale nada.