Terminó con éxito la segunda operación de Helenita

Interés General
Fue sometida a un trasplante de médula ósea, esta vez con su mamá como donante. Aseguran que, aunque tienen que ser cautelosos todavía, el trasplante salió bien. 



Helenita Galbán, la beba que sufre una extraña enfermedad y que despertó la solidaridad de todo el país, fue operada por segunda vez esta madrugada en una clínica de Minnesota, donde se le realizó un nuevo trasplante de médula ósea, esta vez con su mamá como donante.

La familia de la pequeña había contado a través de su página en Facebook que la intervención comenzó a las 23 hs. de Minnesota (las 2 de la madrugada, hora argentina), y que el proceso podría durar varias horas. Finalmente, fuentes del entorno confirmaron que la operación fue un éxito y que ahora "salió todo bien. Ahora hay que esperar nuevos análisis para determinar si la médula prendió correctamente y si las células que reproduce Helenita son las de la mamá y no las de ella", contaron.

"El procedimiento fue un éxito y tanto ella como su Mamá están muy bien. Los médicos, como siempre, están sorprendidísimos por la actitud que la beba le pone al día a día de esta lucha constante", relataron más tarde desde la cuenta en la red social, vía de comunicación con los millones de interesados en el caso y, a la vez, una de las plataformas por las que se difundió la colecta para el costoso tratamiento.

"Si bien el procedimiento salió muy bien, debemos ser cautelosos y esperar los resultados de los primeros análisis para saber si la nueva médula prendió correctamente. Estimamos que cerca de las fiestas tendremos novedades más concretas", agregaron.

Segundo trasplante

En octubre, horas después de cumplir su primer año, la pequeña había sido sometida a un primer trasplante, con su papá como donante, pero la médula no prendió y se determinó que era necesario repetir la intervención.

Helenita padece osteopetrosis, una rara enfermedad genética y degenerativa que hace que los huesos crezcan compactos y se ensanchen, lo que genera una compresión en todos los nervios del cuerpo. La evolución de la enfermedad no sólo le causaba dolor a la pequeña, sino también la pérdida de la vista y de la audición, e incluso ponía en riesgo su vida. El tratamiento indicado para controlar la enfermedad era un trasplante de médula ósea.





Fuente: La Nación. 
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