Empezaron sin saber de fútbol y hoy son más de 20 jugadoras: la historia de Contadoras en ADePU

Nacieron para jugar y compartir, crecieron desde cero y hoy son ejemplo de unión y Fair Play. Elia Martínez, Laura Orihuela y Paula Quiroz lo contaron en Bonus Deportivo.

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El equipo nació con una premisa simple: jugar, compartir y estar juntas. Sin experiencia previa en fútbol y con un plantel reducido, Contadoras llegó a ADePU casi como una prueba y hoy es un grupo consolidado de más de 20 jugadoras, reconocido por el juego limpio, la amistad y los valores que representa dentro y fuera de la cancha.

Elia Martínez, Laura Orihuela y Paula Quiroz repasaron en los micrófonos de Bonus Deportivo los orígenes del equipo y el camino recorrido, en una charla que puso en valor la perseverancia, el compromiso y la unión que las caracteriza.

La gran familia de ADePU cerró un año cargado de actividades, con equipos protagonistas de momentos deportivos y sociales que se extendieron a lo largo de toda la temporada. En ese contexto, Contadoras refleja a la perfección ese espíritu: un grupo forjado desde la amistad, con una identidad marcada y una personalidad propia.

El crecimiento fue progresivo. Comenzaron siendo siete jugadoras y hoy cuentan con un plantel de alrededor de 25. “Nos destaca la perseverancia, es lo que nos caracteriza. Si estamos donde estamos es por eso. Empezamos desde cero, no teníamos fútbol; algunas venían del hockey u otros deportes. Fuimos sumando gente, siempre buscando mejorar. Incluso las rivales nos reconocen el esfuerzo”, destacó Elia Martínez.

El amateurismo fue una realidad desde el inicio, pero lejos de ser un obstáculo, se transformó en un punto de unión. “Arrancamos como una escuelita, sin saber nada. Es difícil aprender, pero entrenábamos muchas. Éramos 18 o 20 siempre. En ADePU había que convocar para cada partido y las que no jugaban alentaban todo el tiempo”, contó Paula Quiroz.

El grupo avanzó siempre de manera conjunta, sosteniéndose desde lo humano. “Somos muy colaborativas. En el partido pueden quedar cosas en la cancha, pero afuera nos apoyamos siempre. Hay compromiso y muchísimas ganas”, coincidieron. Ese sentimiento de familia se amplía en ADePU, un espacio donde las jugadoras comparten con hijos y parejas, fortaleciendo los vínculos.

Entre trabajo, familia y entrenamientos, el tiempo en ADePU es innegociable. “Es un lugar contenedor. Vas a disfrutar, a reírte, a jugar al fútbol, incluso cuando algunas no sabíamos ni qué era el fútbol. Lo importante siempre fue el grupo”, remarcó Martínez.

Ese camino las llevó a recibir el premio Fair Play, un reconocimiento que valoran especialmente por su origen amateur y por el esfuerzo que implicó adaptarse al contacto del fútbol, sobre todo para quienes venían del hockey. La meta, coinciden, siempre fue la misma: divertirse, compartir y crecer juntas.

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