Los Almazán, el corazón de Escobar en el histórico ascenso a Primera A

El ascenso de Escobar FC a la Primera A del futsal sanjuanino no fue solo un logro deportivo: fue la culminación de un recorrido marcado por la identidad barrial, el sentido de pertenencia y el compromiso de una comunidad entera. Tras consagrarse campeones del Torneo Apertura, Lautaro y Lisandro Almazán, referentes indiscutidos del plantel, visitaron Bonus Deportivo y reconstruyeron el proceso que llevó al club a alcanzar un sueño buscado durante años.

Lisandro expresó la magnitud del logro al recordar los intentos previos. “Es una sensación muy linda; lo venimos buscando hace mucho. Siempre nos quedábamos cerca, incluso perdimos una final el año pasado. Que se nos haya dado ahora, en nuestra cancha y con nuestra gente, fue algo muy especial”, señaló. Lautaro reforzó esa emoción al destacar el rol de la hinchada: “son incansables, están siempre. Entrenamos y ya están en la tribuna alentando. Para mí, son la mejor hinchada del futsal”.

El camino no fue sencillo. Lautaro reconoció que la temporada estuvo llena de obstáculos, pero también de señales que los motivaron a no bajar los brazos. “Fue un año muy difícil, pasamos por muchas cosas. Pero había algo en el ambiente, incluso después de perder con Trinidad. Sentíamos que no era el final. Después de ese partido, se duplicó la gente entrenando. Yo invité a amigos porque sabía que el tren iba a pasar esta vez”.

Los Almazán forman parte de la “Vieja Guardia” del club, junto con Andrés Flores. Su vínculo con el barrio es profundo y atraviesa generaciones. “Jugamos ahí desde chicos, cuando era un playón de tierra y los arcos eran unos palos. Para nosotros es nuestra casa”, contó Lautaro. Esa pertenencia alimentó incluso un clásico barrial entre cuadras vecinas: La Manuel Muñoz vs La Francisco Fernández, donde los hermanos siempre defendieron los colores de su cuadra.

Escobar FC representa algo más que un equipo de futsal. Es una herramienta social que abraza al barrio y ofrece un espacio de encuentro para chicos y chicas. “El objetivo siempre fue que los jóvenes estén en la cancha y no en la calle. El trabajo del presidente, Guillermo Ortiz, fue impresionante. Estuvo en los peores momentos y sacó lo mejor del club”, destacó Lautaro. Además, resaltó la apertura de la institución: “tienen inferiores masculinas y femeninas, escuelitas, y la mayoría no paga cuota; el club no exige nada, lo que se aporta es por voluntad”.

Con el ascenso consumado, Escobar afrontará una nueva etapa en la máxima división, llevando consigo la historia de su barrio y la convicción de que la unión, el esfuerzo y la pasión pueden llevar a lo más alto.

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