¿Elongas e igual hay dolor?, este es por qué

Muchas veces cuidamos la técnica y el tiempo de elongación, con la esperanza de no sentirnos cargados al día siguiente, pero igual eso ocurre. Los expertos explican a qué se debe todo esto.

La elongación posterior a la actividad física es una de las prácticas más recomendadas en rutinas deportivas, ya que contribuye a mantener la flexibilidad, favorecer la recuperación y reducir la rigidez muscular. Especialistas en ciencias del movimiento señalan que los estiramientos estáticos realizados después del entrenamiento ayudan a restablecer el rango de movimiento, mejorar la circulación local y disminuir la tensión acumulada durante el esfuerzo.

Sin embargo, pese a incorporar esta práctica correctamente, muchas personas experimentan dolor al día siguiente. Este malestar, conocido como dolor muscular de aparición tardía (DOMS por sus siglas en inglés), aparece entre 12 y 24 horas después del ejercicio y puede extenderse por varios días. El fenómeno se explica por microlesiones en las fibras musculares generadas por esfuerzos intensos, aquellos en los que el músculo se alarga mientras soporta carga. Estas pequeñas roturas son parte natural del proceso de adaptación y fortalecimiento.

La elongación, aunque beneficiosa, no impide la aparición de estos dolores. Los estiramientos no “reparan” las microlesiones ni evitan la respuesta inflamatoria que sigue al trabajo muscular intenso. Su función está más asociada a aliviar la tensión inmediata, mejorar la movilidad y preparar al músculo para recuperarse, pero no elimina las causas fisiológicas del dolor tardío.

Investigaciones en fisiología del ejercicio también indican que la percepción del dolor depende de factores como el nivel de esfuerzo, la hidratación, la calidad del sueño y el estado de entrenamiento previo. Por este motivo, aun con una técnica de estiramiento adecuada, el cuerpo puede experimentar molestias al adaptarse a cargas nuevas o más exigentes.

Los especialistas recomiendan complementar la elongación con estrategias adicionales: una progresión gradual de la intensidad, pausas activas, una nutrición adecuada y, cuando corresponde, ejercicios de recuperación como caminatas suaves o movilidad articular. El dolor tardío, siempre que no sea incapacitante ni prolongado, se considera un componente normal del proceso de acondicionamiento físico.

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