Como en todo le país, cae el consumo de carne en San Juan: cada vez porciones más chicas

Con ticket promedio a la mitad y presión sobre los costos, el rubro cárnico atraviesa un escenario crítico en la provincia. Advierten que el consumo cayó de forma constante y el margen es cada vez más estrecho.

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En San Juan, las carnicerías notan lo mismo que se observa a nivel nacional: la carne vacuna ya no ocupa el lugar que tenía en las mesas. “La baja se viene dando desde el año pasado y este 2025 no muestra señales de recuperación”, contó Sebastián Parra, referente del sector local y abastecedor de larga trayectoria. En diálogo con Radio Mil20, explicó que este cambio en los hábitos de compra se refleja todos los días, desde los cortes más tradicionales hasta los más caros.

Con un mercado interno que pierde volumen, Parra señaló que el promedio de compra bajó drásticamente. “Antes una familia gastaba $10.000 o más. Hoy, los tickets rondan los $4.000 o $5.000, y eso alcanza apenas para medio kilo de carne”, apuntó. La tendencia es clara: menos cantidad y más búsqueda de precios.

Pese a eso, el valor de la carne no ha subido tanto como en otros momentos, aunque los gastos fijos sí se dispararon. “Una carnicería que pagaba $30.000 de luz ahora paga $300.000. Esos aumentos no vienen del producto, sino del contexto general, que te arrastra”, sostuvo. Esa presión complica a los comerciantes, que muchas veces no pueden trasladar todo ese costo al precio final.

La falta de demanda también repercute en los productores. Según Parra, ya hay campos que se están volcando a otros cultivos. “Sin rotación de hacienda, el negocio se vuelve poco rentable y muchos se pasan al maíz, al trigo o a la soja. La ganadería ya no es tan atractiva”, afirmó.

En este escenario, el ingreso de carne con hueso desde Brasil fue un tema que generó preocupación en parte del sector. No obstante, Parra aclaró que su impacto es limitado. “En San Juan no entra ese producto. Se está viendo en otras provincias del sur, pero ni siquiera allá hay una diferencia de precio que justifique cambiar. El mercado local no va a sentir grandes cambios por eso”.

Las exportaciones, por ahora, ayudan a mantener algo de equilibrio. “La carne que no se vende acá se exporta a China, Europa o EE.UU., y eso sostiene el stock ganadero”, explicó. Sin embargo, advirtió que si el consumo interno no repunta, los números no cierran para nadie: ni para el campo ni para el comercio.

Aunque no se prevén subas fuertes en los próximos meses, Parra advirtió que si en algún momento la demanda se recupera, el precio podría saltar rápidamente. “Es una ley de mercado. Hoy el freno lo pone el bolsillo”, sostuvo.

El panorama no invita al optimismo. “La gente llega con lo justo. Si después de pagar los servicios y el alquiler te queda poco para comer, la carne pasa a ser un lujo”, resumió. Para quienes viven de este rubro, el panorama es cada vez más ajustado: menos ventas, márgenes mínimos y un futuro que, por ahora, no trae alivio.

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